El materialismo observa que, la materia existe independientemente del espíritu. El idealismo sugiere que, el espíritu controla la materia…
No sé por qué me suena a capitalismo y comunismo. No soy un gran conocedor de estas dos corrientes que suelen manejar al mundo, pero es tanta la propaganda de un lado y del otro que me atrevería a hacer este símil.
Por lo regular, el capitalista es un ser materialista y el comunista, suele ser más «idealista». Lo interesante de esto es que es Carlos Marx, a quien se le atribuye como el creador del comunismo, quien afirma; el mundo es material y «se desarrolla» según las leyes del movimiento de la materia.
También dice que; «la materia es anterior a la conciencia y que el mundo material es «cognoscible» como también que la verdad científica es objetiva».
Dicho todo esto, ¿en dónde está la ruptura de estos dos mundos? Según los filósofos amantes del materialismo marxista «lo primario es la materia y lo secundario la conciencia»… Esperen un minuto, esto me suena a capitalismo.
Sin embargo, tiene sentido, desde la óptica comunista, lo que realmente importa es proveer de lo básico al ser humano, ya que necesitamos lo material para vivir. La conciencia, agregan, estará siempre influenciada por «ese» mundo exterior lleno de manipulaciones…
Para irnos entendiendo mejor, el materialismo hace énfasis en las cosas materiales como un medio de subsistencia por encima del crecimiento espiritual, ya que «lo espiritual» es un asunto de espíritus…
En el capitalismo, también lo básico es lo material, y «la conciencia» está perfectamente controlada de acuerdo «al grado de información» que se necesite emitir para ejercer el control o manipulación requerida.
Tratar de explicar estos dos conceptos «paradójicamente similares en forma y actuación» me desvía extensivamente del tema en sí qué deseo hilvanar.
Somos, básicamente, en esta dimensión terrícola en la que andamos brevemente, materia. Podríamos pensar, sí, pero también somos «una conciencia», «un alma», «un espíritu» y vente mil pendejadas más.
Somos materia y realmente necesitamos materia para sostener la materia que nos contiene. Si dejamos de comer, la conciencia se vuelve nada. Desaparece y regresa a «ese otro lugar» donde no necesitaremos nada material porque no existe la materia.
Sin embargo, aquí sí. Todo en esta dimensión está regulado por la materia, por lo tanto, usted tiene que procurar darse lo mejor de este mundo material. Una buena casa, un buen carro, buena ropa y todo lo que le dé bienestar.
Su bienestar espiritual lo alcanzará cuando se muera, cuando su materia se desgaste y ya no pueda sostenerlo. Entonces saldrá volando nuevecito, con una conciencia nueva y liberado de todo lo pesada que es la materia.
Los comunistas tienen razón al poner a la conciencia en segundo sitio, el problema es que, al igual que el capitalismo, llenan ese mundo exterior de manipulaciones con el objetivo de «dominar las masas» y en consecuencia el poder.
El poder es parte de esa lucha material. Con él se garantizan los recursos y la subsistencia. No hay forma de que la consciencia pueda ganar en una dimensión material.
Los filósofos, mecías, dioses, lo han intentado por miles de años y al final el hombre solo invoca «realmente» a Dios cuando se está muriendo. Somos seres ambiciosos porque vivimos en un mundo material y no «idealizado».
Podríamos idealizarlo y hablar todas las pendejadas sutiles y sublimes y al final el animal saldrá de cacería.
Lo ideal sería reconocer el materialismo como nuestra verdadera fuente de felicidad, ¡aquí!.
La conciencia despierta en el mismo instante de la muerte, es decir, el último día.
Alcanzar el equilibro material adecuado en donde todos disfrutemos de lo bueno sin necesidad de destrozar al planeta ni de oprimir al humano o a los animales en general, sería el eslabón perdido entre dos ideologías que dicen lo mismo y no se dan cuenta. Sería el materialismo ideal. ¡Salud!. Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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