Por medio de un comunicado de prensa, Hertz anunció que se acogió al Capítulo 11 de la Ley de bancarrota de EE. UU.
Florida (VOA).- La compañía de automóviles de alquiler, Hertz Global Holdings, Inc., se acogió a medidas de protección por bancarrota, cuando algunas de sus filiales en Estados Unidos y Canadá solicitaron la ayuda.
Hertz dijo el sábado en un comunicado que “el impacto de COVID-19 en la demanda de viajes fue repentino y dramático, causando una disminución abrupta en los ingresos de la Compañía y futuras reservas”.
La firma de servicios automovilísticos -con más de cien años de prestaciones-, dijo que tras los confinamientos y medidas de los países por la pandemia de coronavirus “persiste la incertidumbre sobre cuándo volverán los ingresos y cuándo el mercado de autos usados se volverá a abrir por completo para las ventas”.
La medida está basada en una petición al Capítulo 11 en el Tribunal de Quiebras de Estados Unidos para el Distrito de Delaware.
Las principales regiones operativas internacionales de Hertz, incluidas Europa, Australia y Nueva Zelanda, no están incluidas en los procedimientos actuales del Capítulo 11 de EE.UU. para la bancarrota.
Aun así, informa el comunicado, “todos los negocios de Hertz a nivel mundial, incluidas sus filiales Hertz, Dollar, Thrifty, Firefly, Hertz Car Sales y Donlen, están abiertos y atienden a los clientes”.
Al iniciar la crisis por la COVID-19, en la que decenas de países detuvieron el trasiego aéreo de pasajeros y los cruceros cancelaron sus viajes, Hertz redujo los niveles de su flota de autos, despidió 20.000 empleados e hizo arreglos en la reducción de oficinas fuera de los aeropuertos.
El presidente y director ejecutivo de Hertz, Paul Stone alertó: (…) debemos tomar medidas adicionales para capear una recuperación potencialmente prolongada”.
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