Visión Global
El gobernador del Banco Central, licenciado Héctor Valdez Albizu, produjo hace unos días un escrito de carácter netamente técnico en el que aborda el tema sobre el reclamo de que se obligue a la entrega del 30% de los fondos de pensiones a los trabajadores.
En su exposición, el más duradero y exitoso incumbente en la historia del organismo emisor, hace una serie de señalamientos para fundamentar la impertinencia de que esos fondos sean erogados en atención a presiones desde la calle, sin tomar en cuenta el impacto negativo que tal decisión tendría sobre la economía en su conjunto.
Uno de los argumentos de mayor peso que señala el Valdez Albizu es la advertencia de que el 30% de los fondos de pensiones tendría el mismo efecto de una emisión, pues esa suma representaría 173,000 mil millones de pesos, equivalentes a un 64% del total de la masa monetaria disponible actualmente en la República Dominicana. Algo devastador en términos macroeconómicos.
Es bueno señalar que, en una relación monetaria directamente proporcional, esa enorme cantidad de dinero adicional en manos del público generaría un incremento de la demanda de bienes y servicios—especialmente alimentos de todo tipo—que a su vez provocaría una elevación en el nivel de precios, provocando lo que se conoce como inflación.
Como señala Valdez Albizu en su escrito, esto se produciría en momentos en que el índice de precios al consumidor (IPC) ha venido sufriendo variaciones hacia el alza en los últimos meses, debido en parte a la baja en la oferta de productos que componen la canasta que sirve de base para su medición, como consecuencia de los efectos que ha tenido la pandemia en la producción.
Nadie puede alegar ignorancia, en el sentido de que cada peso extra que reciban los trabajadores en medio de la actual situación está destinado a la adquisición de productos básicos, pues se puede asegurar con todo certeza de que un centavo de ese 30% de los fondos de pensiones no irá al ahorro.
Esos recursos en circulación también podrían someter al mercado de divisas a un estrés de demanda, provocando una elevación del tipo de cambio, cuando la moneda nacional se ha apreciado de manera sistemática, pasando de un promedio de 58.11 pesos por dólar en febrero a 56.55 en la actualidad, es decir, una recuperación de 1.56 pesos.
Luego de los devastadores efectos que ha sufrido la economía por la crisis sanitaria, lo menos que agradeceríamos los dominicanos sería que medidas desafortunadas, que tendrían poco impacto duradero en las condiciones de vida de los beneficiarios, vinieran a afectar la lenta pero firme recuperación.
Nelsonencar10@gmail.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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