Redacción (ONU-PRESS).- El Organismo Internacional de Energía Atómica trabajará estrechamente con el Gobierno de Japón en el vertido al mar del agua que sirvió para enfriar la antigua central nuclear de Fushima Daiichi tras el accidente que sufrió en 2011 causado por un terremoto.
El director general del Organismo dijo que el método escogido por Japón es “posible técnicamente y está de acuerdo con las prácticas internacionales”.
Rafael Mariano Grossi explicó que la agencia de la ONU está preparada para “brindar apoyo técnico y revisar el cumplimiento seguro y transparente del plan».
Un caso único
Las descargas controladas de agua al mar se utilizan habitualmente en las centrales nucleares en funcionamiento en el mundo y en la región asiática bajo las autorizaciones reglamentarias específicas basadas en evaluaciones de impacto ambiental y de seguridad, asegura el OIEA.
«La decisión del Gobierno de Japón es un hito que ayudará a allanar el camino para avanzar en camino hacia el desmantelamiento de la planta de energía nuclear de Fukushima Daiichi», dijo Grossi, al tiempo que subrayó que «la gran cantidad de agua» empleada para enfriar la central nuclear de Fukushima hace de este un “caso único y complejo”.
Añadió que “los tanques con el agua ocupan grandes áreas (en las inmediaciones de la antigua central), y su gestión, incluida la eliminación del agua tratada de manera segura y transparente, involucrando a todas las partes interesadas, es de importancia clave para la sostenibilidad de estas actividades de desmantelamiento”.
Según noticias procedentes de la región, Japón planeacomenzar a liberar 1,25 millones de toneladas de agua de mar contaminada en el Océano Pacífico durante dos años, pero solo después de que se haya filtrado y despojado de la mayor parte del material radiactivo.
“La seguridad nuclear es una responsabilidad nacional y correspondía al Gobierno de Japón decidir cómo abordar el problema crítico de la gestión del agua. Confío en que el Gobierno seguirá interactuando con todas las partes de manera transparente y abierta mientras trabaja para implementar la decisión adoptada hoy”, dijo Grossi.
La liberación de toda el agua de mar contaminada llevará en total tres décadas. El proceso de vertido se produce 11 años después de que un tsunami inundase los reactores de la planta de Fukushima Daiichi, provocando una serie de explosiones y forzando la evacuación de más de 60.000 personas.
Japón ha solicitado la cooperación de la agencia de la ONU en la eliminación del agua, que ha enviado misiones de expertos internacionales para revisar los planes y actividades del país de acuerdo con las normas de seguridad internacionales, y ha estado apoyando en las operaciones de vigilancia ambiental sobre el terreno.
“Trabajaremos en estrecha colaboración con Japón antes, durante y después de la descarga del agua”, agregó el director general del OIEA, quien visitó la planta de energía nuclear de Fukushima el año pasado.
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