Redacción (Israel 21c).- Datos iniciales de un nuevo estudio en Israel mostraron que un fármaco clásico podría prevenir el daño pulmonar en pacientes con COVID-19 al reducir de forma potencial sus tasas de gravedad y mortalidad y convertir a esa enfermedad devastadora en una mucho más manejable.
En julio, una investigación dirigida por la Universidad Hebrea de Jerusalén demostró que el COVID-19 inhibe la degradación efectiva en los pulmones y que la acumulación resultante de grasas en las células pulmonares tienen un rol clave en el deterioro de la condición de los pacientes.
Desde ese momento, los datos de 1.500 pacientes con coronavirus en Israel (bajo un régimen de medicamentos desarrollados para reducir la acumulación de grasa en las células pulmonares) mostraron que los fibratos (remedios diseñados para reducir los triglicéridos en la sangre), ayudaron a los pacientes a recuperarse de forma rápida.
“Logramos demostrar que los pulmones humanos respondieron al virus SARS-CoV-2 cambiando por completo su metabolismo. Esto provocó una importante acumulación de grasas en las células pulmonares. Nuestros descubrimientos muestran que esta acumulación de grasa no saludable es un factor crítico en el deterioro de los pacientes con la enfermedad”, indicó el profesor Yaakov Nahmias, conductor de la investigación.
El científico añadió que los pacientes que tomaron fibratos que funcionan directamente para descomponer las grasas se recuperaron rápido mientras que aquellos que tomaron medicamentos que acumulan grasas como las tiazolidinedionas, mostraron mayor daño pulmonar y mortalidad.
Los estudios clínicos deben comenzar en el Centro Médico Barzilai en el sur de Israel y en instituciones en EEUU, América del Sur y Europa para determinar aún más la eficacia del tratamiento con fenofibrato (Tricor), un remedio aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU que esté en el mercado desde 1975.
El Tricor es uno de los remedios económicos y ampliamente disponibles que podría ayudar a tratar los efectos del COVID-19.
“También cuando vemos la llegada de numerosas vacunas destinadas a reducir la transmisión de la enfermedad y proteger a las poblaciones vulnerables, este remedio puede ayudar al tratamiento directo del virus y reducir su gravedad y mortalidad”, explicó el profesor Shlomo Maayan, director del Departamento de Enfermedades Infecciosas de Barzilai. Y finalizó: “Esperamos ver los primeros resultados de la fase clínica de este estudio en los próximos meses”.
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