Este domingo 11 de octubre conmemoramos el Día Internacional de la Niña, una fecha elegida por la Organización de las Naciones Unidas en 2011, para reconocer los derechos de las niñas y los problemas excepcionales que ellas confrontan en todo el mundo. Sin embargo, nos encontró con tareas pendientes para frenar la discriminación y la violencia; cómo abordar los desafíos que enfrentan; promover su fortalecimiento y el cumplimiento de sus derechos humanos, anhelos de la ONU, hace casi un lustro de tiempo.
Desde 2011, los países en lianza se han abocado a analizar los derechos humanos y fundamentales de las niñas. Así como, su efectivo y oportuno goce o disfrute, para accionar en la creación de mecanismos fuertes, que impidan desventajas y discriminación hacia las jóvenes.
Con frecuencia, en nuestros barrios y campos marginados, de todo el mundo, las niñas se quedan atrás: no reciben alimentos nutritivos, atención médica, ni educación de calidad, por lo que, están expuestas a violencia sexual. Viven en pobreza extrema y aisladas, tengan o no discapacidad; desplazadas dentro de su propio país. Conocemos esta realidad, pero ¿qué estamos haciendo para evitarla?
Tenemos órganos y normativas para combatir ese carcinoma, como la Ley No.136-03, Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes, promulgada a raíz de la ratificación por parte de la República Dominicana de la Convención Internacional acerca de los Derechos del Niño en el año 1991, asumiendo así el compromiso de garantizar la protección de sus derechos fundamentales de esta población.
La Constitución de 2010, dio carácter constitucional a la protección de las personas menores de edad, cuando en su artículo 56, reconoce que los niños, niñas y adolescentes serán protegidos por el Estado contra toda forma de abandono, secuestro, estado de vulnerabilidad, abuso o violencia física, psicológica, moral o sexual, explotación comercial, económica y trabajos riesgosos. Entonces, ¿qué nos falta para que las niñas dejen de ser vulnerables a todo tipo de atropello y violencia? ¿Qué rol debe desempeñar en este tema la familia?
UNICEF y Plan International en el estudio, Invisibles bajo el sol: una mirada a la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, afirman que, la violencia y explotación sexual de menores de edad es una fuerte problemática. Siendo la situación sociocultural; el factor económico y de pobreza en que viven, la causa de que las niñas y adolescentes, sean la fracción más vulnerable de la población, y les conduzca a convertirse en víctimas de casos de explotación sexual.
Deseamos que fechas como estas no se queden en simples efemérides y sirvan para que accionemos oportunamente, con más proyectos y trabajos, que discursos; siempre a favor de la población más necesitada: el soporte de la futura generación, nuestras menores de edad, La niñas deben disfrutar sus derechos, la pobreza, desnutrición, violencia de todo tipo, trabajo y matrimonio infantil, transgreden su bienestar humano.
(La autora es educadora, periodista, abogada y locutora, residente en Santo Domingo, República Dominicana).
santosemili@gmail.com
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