A Pleno Sol
La mayor parte de los dominicanos está respetando las medidas de regulación sanitaria. Hay un puñado que las viola a diario, y ello es condenable. Lo trágico es que los malos ejemplos ganan terreno, y en poco tiempo podría ser que la mayoría se desentiendan de las restricciones.
No puede ni debe ser así. La única forma de que los dominicanos puedan tener una total protección es que respeten los lineamientos sanitarios. El Covid-19 es una pandemia universal y nadie en el mundo se ha podido librar de ella.
Debe darse una mayor integración entre las asociaciones de profesionales de la salud y el gabinete oficial encargado de enfrentar a la pandemia. En muchas ocasiones ocurren disparidades que no se justifican.
Tienen que sentarse el Colegio Médico Dominicano, las enfermeras y el gabinete de salud, a buscar alternativas y prevenciones contra el virus. Si no hay unidad entre los soldados de la primera línea ante este problema, no podrá darse la prevención.
Ese consenso de trabajo tiene que originarse ahora. Ha faltado en los primeros cien días, pero ya es el momento de que todos trabajen de forma unitaria, para que haya una verdadera barrera para hacer frente a esta crisis.
Se tiene que mantener el toque de queda, con cualquier modificación que se le haga. Recluirse en sus hogares es sinónimo de seguridad. También que no se den aglomeraciones en los centros de trabajo. Hay que vigilar en forma extrema la situación de los supermercados, que en ocasiones están llenos de clientes, y con muy ligeras medidas de protección.
En el transporte público el seguimiento a las restricciones tiene que ser con puño de hierro. Bueno es señalar que en las principales rutas los chóferes están cumpliendo con el protocolo fijado, y solo montan un pasajero en la parte delantera y tres detrás.
En las guaguas públicas es un pandemonio. Los comerciantes que tienen empleados que viven lejos tienen que reajustar el horario, para que se despache bien temprano.
En el Metro y la Oficina Metropolitana del Transporte es más fácil fijar controles, por la vigilancia y disciplina que hay en torno a ellos.
Pero es esperanzador que la mayoría de los dominicanos respete las medidas sanitarias, y a esa parte todavía minoritaria que lo toma a fiesta, hay que aplicar el peso de la ley, e instruirles para que comprendan que los inconvenientes y malestares del toque de queda, constituyen acciones obligatorias para prevenir la epidemia. !Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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