“El Señor no ve las cosas de la manera en que los hombres las ven. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón”. 1 Samuel 16:7
¡Nuestro mayor problema es llevarse bien con otras personas! Vivir en el cielo con aquellos a quienes amas, será una gloria. Pero vivir aquí abajo, con aquellos que nos rodean, esa es otra historia.
Todos discriminamos y todos somos discriminados. Nos rodeamos de personas a quienes nosotros aprobamos según nuestro filtro de preferencia. Todos creamos favoritismos basados en edad, apariencia, ascendencia, y afluencia. Sin embargo, hay tres problemas fundamentales con el favoritismo.
El favoritismo es anticristiano: Si hay un lugar en el mundo donde no debería haber ningún tipo de discriminación, debería ser la iglesia. Sin embargo, en muchas ocasiones esto florece allí pujantemente. En Romanos 2:11 dice “no hay acepción de personas para con Dios”.
Si quieres ser como Jesús, no puedes tener favoritos. Pedro tuvo que aprender esta lección antes de ir a visitar a Cornelio. Dios le dijo que él no hacía favoritismos y por ende Pedro tampoco debía de hacerlo.
El favoritismo no tiene sentido: ¿Sabes por qué nos gusta acercarnos a las personas que son celebridades y adineradas? Porque esperamos que hagan algo por nosotros o al menos nos den algo. Pero en Santiago 2:6 dice “¿Acaso no son los ricos quienes los oprimen a ustedes y los arrastran a los tribunales?”.
En la época del Nuevo Testamento, era la nobleza la que perseguía e insultaba a los cristianos. La riqueza en sí misma no merece ningún tratamiento especial pero el que la tiene debe de cuidarse más.
El favoritismo es falta de amor: La Biblia dice que en la manera como nos relacionamos con otras personas esto muestra cuánto amamos realmente a Dios. En 1 Juan 4:20 dice “Si alguien dice: «Amo a Dios», pero odia a otro creyente, esa persona es mentirosa”.
Por tanto, si voy creando listas de personas con las cuales me relaciono y con quienes no, corro el peligro de ser puesto en la lista de los que van a la perdición.
Concepto importante
Mostrar favoritismo es incompatible con el carácter de Dios y por ende con nuestra fe. Es sorprendente, sin embargo, como muchos caemos en este grave error de crear listas de personas aceptadas y rechazadas.
Es cierto que no todas las personas son una “monedita de oro” y no todas son parte de nuestro circulo interno. Pero el favoritismo es pecado. En Santiago 2:9 dice “pero si favorecen más a algunas personas que a otras, cometen pecado”.
Cuando el Profeta Samuel fue a ungir al próximo rey de Israel fue confrontado por Dios debido a que él se fijaba solamente en las apariencias. Dios le dijo que no es lo que se ve por fuera lo que vale, sino el corazón. Si Dios lo dispuso así nosotros debemos de aspirar ser iguales a Él.
Motivo de oración
Señor Jesús hoy vengo delante de ti pidiéndote perdón por haber discriminado a otras personas. Te ruego que pongas de tu espíritu en mi vida para amar a todos por igual no importando las diferencias que puedan tener conmigo. Enséñame a ser más como tú eres.
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