A Pleno Sol
El liderazgo municipal no ha podido triunfar en el país. Siempre ha sido secundario. Para lograr un lugar en los partidos políticos, los jóvenes que destacan se tienen que ir a vivir a la ciudad. El origen es del barrio o la provincia, pero se busca otro perfil.
Los diputados y senadores vienen en su gran mayoría de las provincias, pero tan pronto son juramentos comienzan a preparar el escenario capitalino y se olvidan de sus pueblos de origen.
Sin embargo, es vital en la política tener sólidas bases, distribuidas en los barrios, los municipios, y la zona rural. Es un liderazgo que se queda en ciernes, y nunca logra pleno desarrollo.
Tal vez no es solo un mal de la clase partidista, porque sucede con los profesionales. Salvo motivaciones y raíces familiares, la mayor parte de los diplomados abandonan su lugar de nacimiento.
Pero en la política, son los partidos los que desdeñan la formación de sus cuadros pueblerinos, y los dejan abandonados a su suerte, hasta que llega una nuevo período electoral. Un tremendo error, porque la fortaleza nacional no es un slogan, sino que se fomenta y cristaliza en cada lugar del país.
Las elecciones municipales del próximo mes ponen ahora en tensión el músculo de votaciones. Es necesario ganar la mayor cantidad de alcaldes y regidores, para de esa forma demostrar una gran fuerza y poder. Muchos estiman que será la verdadera encuesta nacional, con miras a las presidenciales de mayo.
Son dos elecciones diferentes Pero la primera será un termómetro a tomar en cuenta, y su calor indicará simpatías o fracasos. Estos comicios iníciales serán la verdadera encuesta nacional. El que gane la mayor cantidad de alcaldes y regidores estará a un triz de ganar las elecciones presidenciales.
La primera vuelta es un espejismo, el panorama real es de segundo escrutinio. En las ocasiones donde un candidato a ganado en primera vuelta, se han presentado situaciones muy especiales en el país, coyunturas políticas, sociales y económicas que han permitido esta situación.
Se pueden tener unas bases sólidas, con liderazgo maniatado por el líder central. Es un quiño al liderazgo barrial que da resultados partidarios. Esperemos a ver si cuaja votos
Hoy se ve la importancia de que los partidos traten de subsanar su olvido de años, en el fomento y desarrollo de los liderazgos barriales y municipales. Hay una guerra que ganar, y lo que falta esperar es si están los soldados disponibles. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yaoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).