Al final, lo único que uno tiene es la vida. Lo demás son «detalles» que se diluyen en el día a día.
Veo constantemente a mucha gente que aún no aprende a vivir, gente que se la pasan de drama en drama, de circo en circo, de chisme en chisme. Gente que se hace la vida un «yogur» porque no sabe escoger «el sabor del yogur».
No pueden vivir con los demás, pero, peor aún, no pueden vivir consigo mismo.
No se trata, en la mayoría de los casos, en «deficiencias mentales», sino de una falta de «credibilidad» en sus atributos. ¡Necesitan ser aceptados por los demás para poder aceptarse a sí mismos…coño! Que falta de conciencia y desacato al interior.
La vida es un regalo que al parecer «muchos» no han entendido. La simple oportunidad de haber llegado, ver y desaparecer, es algo que deberíamos agradecer.
Incluso el morirse es también para agradecerlo ya que la vida es como subirse a una montaña rusa en donde uno va todo el camino excitado y eufórico, pero a la vez tranquilo porque sabe que en pocos segundos todo ese remeneo audaz y temerario…terminara.
Quizás para muchos, vivir sea un lujo del que no quisieran dejar de disfrutar, pero la realidad es que, para la gran mayoría, vivir, es una montaña rusa que no tiene final.
Se levantan en la mañana acongojados de la noche «insomnica» que no les abrigo el sueño. Viven metidos en pensamientos negativos, especulan, fabulan y hasta ven lo que no es porque lo fabrican.
Piensan que todo el mundo les quiere hacer daño, no confían ni en sus padres y se creen poseedores de una verdad que no existe.
Se refugian en «otros» que tampoco existen y los encuentran en esa otra dimensión detrás de la pantalla del mundo cibernético. Allí encuentran «amigos» que ni siquiera les hablan, pero ellos «juran» que sí.
Otros suelen refugiarse en el alcohol, los opioides y demás sanguijuelas que los transforman en súper héroes. Desde allí, se sienten valientes y entonces suelen gritar «sus verdades» y todo lo que piensan de usted y de mí.
La pregunta que debemos hacernos antes de terminar en la locura, porque no piensen que yo estoy muy sanito tampoco, es ¿vivir es oponerse o simplemente fluir?.
Yo opto por fluir, ya que de nada me ha servido resistirme a lo que no puedo controlar. Aquellos que se oponen a los sucesos imprevistos y fuera de su capacidad de evitar, son los que más sufren. En cambio, si aceptamos, tendemos a minimizar el dolor y por supuesto a vivir mejor.
Como la cosa es algo confusa, vamos a trotar un poco más en ello. No se trata de ser sumiso y permisivo, pero sí de tener la capacidad de entender que la gente es como es y que no vamos a cambiar a nadie, por lo menos, hasta que le toque a cada quien su cambio.
Que lo que nos toco era lo que nos tocaba. Lo que se fue, lo que vino, lo que nunca paso y lo que pasa. Todo tiene su momento, su tiempo, su lugar, su espacio. ¡No hay nada al azar, pero si la actitud que asumamos ante todo esto…ese! es el famoso libre albedrio…eureka!.
Usted podrá llorar, brincar y patalear y nada cambiará hasta que sea el momento. Intentar comprender la vida lo llevara a preguntas sin respuestas. El mismo hecho de vivir no la tiene.
Por esto es que uno debe lanzarse al camino y recibir las piedras y las flores con la misma sonrisa «destinal». Alguien está haciendo tu destino, alguien ha preparado todas las veredas que has de recorrer. Tú no tienes voluntad, la voluntad te la dan y ni siquiera te enteras.
Te la disfrazan con un libre albedrio que con solo mirar atrás te das cuenta que ni eras libre ni tenías la convicción de no encomendarte a nadie. Alguien te coloco en donde estas…
Mientras menos te resistas más libre serás, más felicidad encontraras porque «esos» que andan moviendo los ejes de la vida no hacen nada con la gente que vive como si estuviera muerta, esos no tienen nada que aprender, en cambio los que osan resistirse e intentan «huir» del momento, son los favoritos de estos personajes «astrales»…ya les dije que yo también andaba medio loquito…
Si no sabes vivir no estás solo. La diferencia es que algunos se echan a llorar y otros !¡somos unos descarados!¡Salud! Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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