Las previsiones iniciales de la FAO para 2020/21 apuntan a nuevos récords en la producción, utilización, existencias y comercio mundial de cereales
Roma (FAO-PRESS).- Los precios mundiales de los alimentos básicos cayeron en mayo por cuarto mes consecutivo, en medio de una oferta que se presenta abundante y una demanda que se debilita debido a las contracciones económicas provocadas por la pandemia de COVID-19.
El índice de precios de los alimentos de la FAO, que hace un seguimiento de los precios internacionales de los productos que se comercializan habitualmente, quedó en mayo en un promedio de 162,5 puntos, un 1,9 por ciento menos que en el mes anterior y su nivel más bajo desde diciembre de 2018.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO bajó un 7,3 por ciento con respecto a abril, debido a la fuerte caída de las cotizaciones de la mantequilla y el queso -por factores estacionales de la oferta y una menor demanda de importaciones-, y se situó un promedio del 19,6 por ciento por debajo de su nivel de hace un año.
Los precios de la leche en polvo disminuyeron sólo moderadamente, ya que su nivel bajo y la reanudación de la actividad económica en China impulsaron un fuerte interés comprador.
El índice de precios del azúcar de la FAO se comportó a contracorriente, aumentando un 7,4 por ciento respecto al mes anterior y recuperando la mitad de su descenso de abril gracias a un repunte de los precios internacionales del petróleo, así como a cosechas inferiores a las previstas en la India y Tailandia, respectivamente el segundo productor y el segundo exportador mundial de azúcar.
Por su parte, el índice de precios de los cereales de la FAO disminuyó un 1,0 por ciento respecto a abril.
Aunque los precios internacionales del arroz subieron ligeramente, impulsados por aumentos en las variedades japónica y basmati, mientras que los precios de exportación del trigo bajaron con las expectativas de suministros abundantes a nivel mundial.
Los precios de los cereales secundarios también siguieron bajando, y los del maíz de EEUU están ahora casi un 16 por ciento por debajo de su nivel de mayo de 2019.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO perdió un 2,8 por ciento, hasta quedar en el nivel más bajo de los últimos 10 meses.
Mientras que las cotizaciones del aceite de colza y de girasol subieron, las del aceite de palma cayeron por cuarto mes consecutivo, lo que refleja una demanda mundial de importaciones moderadas y unos niveles de producción e inventarios superiores a los previstos en los principales países exportadores.
El índice de precios de la carne de la FAO disminuyó igualmente un 0,8 por ciento en mayo, con una media del 3,6 por ciento por debajo del mismo mes de 2019.
Las cotizaciones de la carne de bovino subieron, mientras que para aves de corral y porcina siguieron bajando, reflejo de gran disponibilidad de exportaciones en los principales países productores, a pesar del aumento de la demanda de importaciones en Asia oriental tras la relajación de las medidas de distanciamiento social derivadas de la COVID-19.
Previsión de récords en la producción y comercio mundial de cereales
La producción mundial de cereales va camino de alcanzar un nuevo récord de 2 780 millones de toneladas, un 2,6 por ciento más que en 2019/2020, según la Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales, también publicada hoy.
Las primeras previsiones de la FAO para la temporada 2020/21, basadas en las condiciones de los cultivos ya sembrados, las expectativas para los que quedan por sembrar y suponiendo una meteorología normal para el resto de la temporada, apuntan a una situación holgada de oferta y demanda de cereales a nivel mundial.
El maíz representa el 90 por ciento del aumento previsto de la producción de todos los cereales, con una expansión estimada de 64,5 millones de toneladas -hasta un total de 1 207 millones de toneladas- impulsada por las cosechas récord esperadas en América del Norte y Ucrania y cosechas casi récord en América del Sur.
Por otro lado, la producción arrocera alcanzará un máximo histórico de 508,7 millones de toneladas, un 1,6 por ciento más que en 2019, impulsada por las recuperaciones previstas en China, el Sudeste asiático y Asia meridional, así como en los Estados Unidos de América.
En cambio, se prevé que la producción de trigo disminuya con respecto al nivel elevado de 2019, con probables descensos en la Unión Europea, Ucrania y los Estados Unidos que contrarresten con creces los aumentos previstos en Australia y la Federación de Rusia.
También se prevé que la utilización mundial de cereales en el año próximo alcance un máximo histórico, creciendo un 1,6 por ciento -hasta los 2 732 millones de toneladas-, ya que se prevé que se amplíen los usos para piensos, alimentarios e industriales.
El maíz es el principal impulsor, ya que se pronostica un aumento de su utilización para pienso en China y para la producción de etanol en los Estados Unidos.
Se prevé que la utilización del arroz en 2020/21 crezca en un 1,6 por ciento, respaldada por una abundante oferta, y que el consumo mundial aumente un 0,6 por ciento anual hasta alcanzar los 53,9 kg per cápita.
Como reflejo de los nuevos pronósticos de producción y consumo, la FAO espera ahora que los inventarios mundiales de cereales al final de las temporadas comerciales nacionales en 2021 alcancen un nuevo récord de 927 millones de toneladas, un aumento del 4,5 por ciento respecto a sus ya elevados niveles de apertura.
Esto haría que el coeficiente entre las existencias mundiales de cereales y su utilización se sitúe en el 32,9 por ciento, un nivel cómodo y superior al mínimo del 21,2 por ciento registrado en 2007/08. Se prevé que China posea el 47 por ciento de las existencias mundiales de cereales.
La FAO estima que el comercio mundial de cereales crecerá en 2020/21 en un 2,2 por ciento hasta los 433 millones de toneladas, estableciendo un nuevo récord, con incrementos previstos para todos los principales cereales, encabezados por un aumento del 6,2 por ciento en el comercio mundial de arroz.
En el informe Perspectivas Alimentarias, que la FAO publicará el próximo 11 de junio, se ofrecerá un análisis más detallado de los mercados de cereales.
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