Roma (FAO Noticias).- El aumento de las cotizaciones internacionales de los aceites vegetales, los productos lácteos y la carne impulsó al alza el índice de referencia de los precios mundiales de los productos alimenticios, que registró en marzo un aumento del 1,1 %, el primero en siete meses, según informó el viernes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El índice de precios de los alimentos de la FAO, que hace un seguimiento mensual de los precios internacionales de un conjunto de productos alimenticios comercializados a escala mundial, se situó en marzo en un promedio de 118,3 puntos, es decir, un 7,7 % por debajo de su valor de hace un año.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO encabezó el incremento en marzo, subiendo un 8,0 % desde febrero y alcanzando su valor más alto en un año, debido al aumento de las cotizaciones de los aceites de palma, de soja, de girasol y de colza. Los precios internacionales del aceite de palma aumentaron a raíz de la disminución estacional de la producción en los principales países productores y la firme demanda interna en Asia sudoriental, mientras que los del aceite de soja se recuperaron de los niveles más bajos en años, impulsados por la solidez de la demanda del sector de los biocombustibles, en particular en el Brasil y los Estados Unidos de América.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO aumentó por sexto mes consecutivo, con un alza del 2,9 % desde febrero, debido al incremento de los precios mundiales del queso y la mantequilla.
También aumentó el índice de precios de la carne de la FAO, con un incremento del 1,7 % respecto del mes anterior, a raíz de la subida de los precios internacionales de las carnes de aves de corral, cerdo y bovino.
Por el contrario, el índice de precios de los cereales de la FAO disminuyó un 2,6 %, situándose un 20 % por debajo del valor registrado en marzo de 2023. La caída obedeció a un descenso de los precios mundiales del trigo para la exportación, principalmente debido a la fuerte competencia de las exportaciones entre los Estados Unidos de América, la Federación de Rusia y la Unión Europea, acentuadas por la cancelación de compras de trigo por parte de China. Los precios del maíz para la exportación evolucionaron ligeramente al alza en marzo, en parte debido a las dificultades logísticas de Ucrania, mientras que el índice de precios de la FAO para todos los tipos de arroz disminuyó un 1,7 %, ante la débil demanda mundial de importaciones.
El índice de precios del azúcar de la FAO disminuyó un 5,4 % desde febrero, principalmente a causa de la revisión al alza del pronóstico relativo a la producción de azúcar en 2023/24 en la India y la mejora del ritmo de la cosecha de azúcar en Tailandia.
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La producción mundial de cereales aumentará en 2023/24
La FAO también ha publicado una nueva Nota informativa sobre la oferta y la demanda de cereales el viernes, en la que eleva ligeramente su pronóstico sobre la producción total de cereales del mundo en 2023/24, ubicándola en 2 841 millones de toneladas, a consecuencia de las expectativas de aumento de la producción de maíz, arroz y trigo.
La utilización mundial de cereales pronosticada para 2023/24 se cifra en 2 828 millones de toneladas, lo que supone un incremento del 1,3 % con respecto al nivel de 2022/23. Se prevé que las reservas mundiales de cereales ascenderán a 894 millones de toneladas para el final de las campañas de 2024, esto es, un 2,3 % más que a comienzos del año, lo que indica que la relación entre las reservas mundiales de cereales y su utilización se situaría en el 31,0 %.
Se prevé que el comercio mundial de cereales suba un 1,7 % respecto del año anterior y alcance los 485 millones de toneladas en 2023/24. Asimismo, se espera que el comercio internacional de cereales secundarios se amplíe respecto de 2022/23, mientras que es probable que el comercio de trigo y arroz se contraigan.
La FAO también ajustó su pronóstico sobre la producción mundial de trigo en 2024, que ahora se ubica en 796 millones de toneladas, lo que representa un aumento del 1,0 % desde 2023.
Con respecto a los cultivos de cereales secundarios, la siembra comenzará pronto en el hemisferio norte, mientras que al sur del ecuador ya se han empezado a recoger las cosechas. Se prevé que la producción de la Argentina repuntará tras la cosecha de 2023, afectada por la sequía, mientras que en el África austral y el Brasil se espera una reducción de la producción.