A través de un vocero el expresidente Danilo Medina ha informado que no volverá a aspirar a la Presidencia de la República y que no hará nada para cambiar la Constitución y rehabilitarse políticamente.
De seguro que ese anuncio creará fuertes dolores en los estómagos de muchos de sus acólitos y compañeros de partido quienes seguirán con mayor fuerza a tirándose del barco.
Son muchos los que con justificaciones baladíes o no emprenderán la huida hacia otras agrupaciones.
En ese sentido acabamos de leer los débiles argumentos del exdiputado sureño Rafael Méndez al anunciar su salida del Partido de la Liberación Dominicana.
Ahora nos sorprende porque a este exlegislador, nativo del municipio de Villa Jaragua, de Bahoruco, no se le podía preguntar sobre su gestión, porque el subconsciente lo traicionaba y lo ponía a soltar andanadas de mentiras.
Fueron muchas las ocasiones que escuchamos al diputado Méndez decir que su gestión fue fructífera en términos personales, y hasta se animaba en querer repostularse, pues yo se lo creí siempre, porque observo la sonrisa del progreso y la bonanza de su familia, la cual está expresada en un escandaloso salario mucho más alto que el devengado por el propio presidente de la República, el cual rondaba los 400 mil pesos mensuales.
Encima de ello, Méndez decía que él fue un legislador sacrificado, porque regaló pelotas a deportistas, canastilla a embarazadas y daba parte de su sueldo a pobres de su municipio, esto a sabiendas de que ello en nada contribuía a la mejora de su propio pueblo.
El pueblito del exdiputado Rafael Méndez continúa caminando de espalda al progreso, no tiene nada que agradecer a la labor de ningún legislador, y mucho menos darse por enterado de su renuncia del PLD.
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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