El sector empresarial debe ser comedido y comprender que no es el momento de reabrir negocios. En caso de hacerse, sin estar controlado el coronavirus, la pandemia será indetenible en el territorio nacional.
Por Manuel Hernández Villeta
Es imposible una apertura a corto plazo de la actividad comercial e industrial. Es más, al paso que vamos ni a largo plazo se ve en el horizonte de que se pueda volver a la normalidad. Hay un sector empresarial que presiona por la apertura, y ello es delicado.
Si se abren los comercios y las personas pueden salir a las calles sin cuarentena, nadie va a controlar este virus. Con todas las restricciones, la etapa de recogimiento está siendo violada a diario, y ya el tránsito vehicular está recobrando su normalidad.
Inclusive se dio un desafío de los buhoneros de la avenida Duarte y de la calle París, que en estos días salieron a vender sus mercancías, bajo el alegato de que se están muriendo de hambre y tienen que producir.
Es cierto que el sector empresarial tiene la mayoría, por no decir la totalidad, de sus negocios cerrados, mientras que más de 800 mil personas están cesantes. A esa situación hay que buscarle una salida. El gobierno adelantó planes sociales para mitigar la suerte de los ahora desempleados.
Pero el retorno de la actividad comercial no asegura que esa cantidad de personas podrá volver a trabajar en el acto. De hecho, la mayoría de las empresas van a arrancar de cero, y su plantilla no se restaurará a poco más de la mitad.
El sector empresarial debe ser comedido y comprender que no es el momento de reabrir negocios. En caso de hacerse, sin estar controlado el coronavirus, la pandemia será indetenible en el territorio nacional.
Lo ideal y casi lo necesario es que siga la cuarentena, con los negocios e industrias cerradas y el toque de queda de cinco de la tarde a seis de la mañana. Inclusive se debe seguir prohibiendo la movilidad de las personas entre municipios, salvo que sea por causa mayor.
La posición económica en que estamos necesita medidas de salvación, acciones heroicas, y grandes sacrificios. Todos están acordes con los sacrificios. Desde el que se queda las 24 horas en su casa, hasta el que a duras penas mantiene su negocio cerrado.
Ya los expertos han determinado que la interacción social es lo que ayuda a propagar el coronavirus. Si se retorna a la actividad comercial antes de tiempo, todo el trabajo que se ha hecho se puede perder, y nos podría derrotar la pandemia.
Los cesanteados se les debe buscar la forma de garantizarle su comida, a los empresarios hay que darle esperanzas de que vuelvan a sus negocios, pero en ambos casos, hay que estar claro que la salvación de todos es prioritaria.
El momento actual podrá ser superado si se cumple con las medidas de confinamiento, y se siguen las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Solo con la unidad de todos los dominicanos y teniendo mucha paciencia se podrá salir de este difícil momento. Se impondrá la concertación, la cordura y la hermandad. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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