En el mundo actual, los opuestos que se debaten por imponer sus ideales o principios son; el capitalismo y el comunismo.
Ambas «filosofías» se oponen a la verdad mayor, aquella en donde estamos todos inmersos…el yo.
Si bien es cierto que «el yo» se aproxima más al capital, no deja, ese yo, de debatirse entre su carne y su alma. Como seres humanos que somos reconocemos que estamos en un estado provisional que terminara.
Cuando digo «filosofías» no dejo de reconocer que son estamentos bien pensados y estudiados dentro de la sociología humana, pero ambas han probado que no resuelven el dilema del hombre.
No proveen el beneficio al que se aspira una sociedad que pulula entre uno y el otro intentando encontrar la «ecuación adecuada» que nos permita un bienestar sin estrés, es decir…el paraíso ofrecido por Dios al hombre.
Aspiramos a encontrarlo pesimistamente en el cielo y no concretamos un paraíso terrenal en donde este mundo tan hermoso nos brinda el escenario para ello.
Una sociedad capitalista se enfoca en subsistir a como dé lugar mediante el trabajo físico o intelectual. El reto es llegar a la cima y no existen límites ni topes para acaparar fortuna.
Se tiene la libertad de hacer o no hacer, es decir, usted decide dormir en la cama… o en el concreto.
La sociedad capitalista, goza de reglas y de un entramado de leyes con el fin de «protegernos» contra los fraudes y los abusos a los que solemos acudir constantemente los hombres.
Sin embargo, estos mismos principios de orden y libertad entre comillas, realmente producen un altísimo porcentaje de esclavos dominados subliminalmente por un reducido grupo de «hombres exitosos».
La realidad del conglomerado capitalista es que la inmensa mayoría de ciudadanos tendrá que trabajar constantemente para sostener sus placeres adecuados; casa, carro, seguros, alimentación etc. Etc. Etc.
En el caso comunista, «se intenta» eximir al hombre de todas estas responsabilidades otorgándole «todas esas necesidades» sin que se «sienta» esclavo.
Es decir, trabajes o no trabajes, tendrás «asegurado» tu techo, tu cama, tu comida…etc. Etc. Etc.
Yo sé que explicar ambas teorías humanas, requeriría de muchas más que estas simples líneas. Ambas gozan de robustos manuscritos en donde se detallan los procesos y fórmulas para su exitoso funcionamiento.
Pero no, ambas teorías, ¡brillantes! No han podido ser aplicadas porque se olvidaron de un detalle sencillo…el hombre.
Se olvidaron que somos fabricados con un dispositivo llamado «ego». Que no requiere ser activado ya que está constantemente encendido.
Nos gusta más el capital porque en el podemos «intentar», una y mil veces, escalar esa montaña hasta llegar a la cima donde seremos admirados y reverenciados por todos nuestros esclavos.
El capital nos «permite» fingir «éxito» al endeudarnos en casas, carros o cualquier artículo que nos proporcione…status. Así nos esté llevando el mismo diablo.
En el comunismo, andar con una camisa andrajosa y en bicicleta no nos resalta en nada así tengamos lo básico sin el estrés agregado…pero igual, el diablo nos lleva.
Y es que no hemos podido combinar riquezas y necesidades sin que tengamos que sufrir por ello.
La fórmula mágica en donde todos seamos exitosos sin necesidad de padecer por ello tiene más un parecido a la famosa estafa de la pirámide o esquema Ponzi.
Como todos nos vamos a morir y tenemos un tiempecito aquí en la tierra, la fórmula sería que desde el nacimiento hasta los 20 años gozáramos de nuestra niñez y juventud romántica.
De los 20 a los 40 trabajaríamos como burros y de los 40 en adelante disfrutaríamos de todos los lujos habidos y por haber.
¡¡Así solo tendríamos que trabajar veinte años de esclavos sosteniéndolos a todos y el resto…a gozar!!.
Una buena casa, un buen carro, buena comida, las mejores vestimentas y así, usted pida por esa boca…
El sueño capitalista al igual que el comunista, no son más que sueños que muy pocos logran soñar y siempre son los que dirigen la orquesta.
Eliminar el ego posiblemente sea la tarea más compleja. Mientras tanto…yo seguiré filosofando y evitando el trabajo lo más que pueda. ¡salud!. Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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