Nueva York.- El asambleísta de origen dominicano, Goerge Álvarez, calificó como un acto deplorable que no se puede ignorar, el acto de vandalismo del que fue objeto la oficina de distrito del congresista Adriano Espaillat..
Álvarez señaló que la protesta pacífica y la libertad de expresión son derechos esenciales, pero la violencia y la destrucción «no tienen nada que ver con una sociedad civilizada».
«Debemos rechazar todas las formas de discurso de odio e intimidación, defendiendo en su lugar un diálogo respetuoso. Cuando entablamos una discusión, incluso en medio de desacuerdo, fortalecemos nuestra democracia y creamos espacio para el progreso», resaltó el representante .
Por otra parte, varios congresistas demócratas por Nueva York, también condenaron el acto de vandalismo en la oficina de distrito de Espaillat.
«Como miembros demócratas del Congreso, creemos en la libertad de reunión y de protestar pacíficamente como un derecho fundamental de nuestra gran nación. Cada día, trabajamos incansablemente para defender esta libertad para todos los estadounidenses. Sin embargo, cuando las protestas se tornan violentas, con acciones que cruzan la línea y se convierten en actos de vandalismo, ya no son protestas; se convierten en delitos. Estos actos de intimidación son inaceptables y no serán tolerados», expresaron Jerrold Nadler, Hakeem Jeffries, Jamaal Bowman, Yvette Clarke, Dan Goldman, Tim Kennedy, Gregory Meeks, Grace Meng, Joe Morelle, Alexandria Ocasio-Cortez, Pat Ryan, Tom Suozzi, Paul Tonko, Ritchie Torres y Nydia Velázquez.
Señalaron que durante el último mes, la oficina de Espaillat ha sido atacada y vandalizada varias veces. «Este vandalismo selectivo pone en peligro tanto a los constituyentes como a los empleados del Congreso, interrumpiendo las operaciones de las oficinas congresuales y los servicios sociales de los que dependen los constituyentes».
«El último acto de vandalismo indignante ocurrió en un día de solemne reflexión para conmemorar un año desde que los terroristas de Hamás atacaron a Israel, asesinando a 1.200 civiles, incluidos más de 40 ciudadanos estadounidenses, y tomando 251 rehenes, incluidos 12 estadounidenses», manifestaron.
Los congresistas señalaron que su delegación se mantiene unida en la condena pública de los actos de violencia, acoso e intimidación. «Juntos, seguiremos trabajando para garantizar que todos los autores de esos actos selectivos contra el congresista Espaillat, o contra cualquier oficina del Congreso, rindan cuentas y sean procesados con todo el peso de la ley».