La gratitud no se puede medir en metros ni en galones ni en quintales. Podría compararse con cosas elevadas como el pico Duarte o menos altas como la basílica de La Altagracia. Pero el sentido de agradecimiento de la familia de Federico Henríquez Gratereaux puede parangonarse con la capacidad de expresión de ese intelectual dominicano, fallecido el 16 de octubre de 2024.
A partir de ese parámetro, inferiremos que doña Josefita Caolo, sus hijos Federico, Laura, Carolina y sobre todo Pía Henríquez atesoran con suficiencia una de las virtudes que mejor cualifica al ser humano: la gratitud. Puedo testimoniarlo por la actitud de esta familia para conmigo a partir de lo poco que pude hacer ante el fallecimiento del ilustre intelectual.
El primer regalo que he tenido de ellos es la amistad, en correspondencia con la que tuve con don Federico. Ayer recibí de Pía, en nombre de su madre, unos presentes materiales, entre ellos un ejemplar del libro “La teoría de los sentimientos morales”, escrito por Adam Smith, un teórico de la economía, nacido a principio del siglo XVIII, en Escocia.
Pía Henríquez tributa devoción por la intelectualidad de su padre. Con ella supe justamente ayer que Adam Smith no fue solo el procreador del libre mercado y de lo que han llamado “capitalismo salvaje”, sino que este fue un humanista con sentimientos morales. Ella lo sabe bien porque su padre ofreció, en 2015, una conferencia con ese tema al personal del Banco Central.
Me han regalado el ejemplar que perteneciera a don Federico del libro “La teoría de los sentimientos morales”. No está marcado con su nombre, pero desde la página de los créditos aparecen anotaciones manuscritas, por ejemplo, que transcurrieron 238 años entre la primera publicación en inglés (1759) y la primera en español (1997). La edición es de Alianza Editorial, Madrid.
La publicación tiene un estudio preliminar de Carlos Rodríguez Braun, responsable de la edición. El resalta la aceptación con la que ha contado Smith en español con la divulgación de su obra “La riqueza de las naciones”, lo que ha validado al estudioso escocés como uno de los progenitores universales de la economía. Pero no así el otro libro, el humanista.
Dice Rodríguez: “Tan llamativa asimetría refleja la percepción equivocada que se tiene de Smith. Es idea muy extendida que Smith es el padre de una ciencia, la economía, y de una doctrina, el liberalismo. La sabiduría popular asocia a Smith con la más célebre metáfora económica, según la cual el mercado libre actúa como una mano invisible”.
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(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).