Redacción (RT.com).- En pocos países los concursos de belleza despiertan tantas pasiones como en Venezuela. Desde 1952, el Miss Venezuela ha congregado a millones de espectadores frente a las pantallas de televisión. Por eso es, sin duda, una institución capaz de cohesionar a los ciudadanos de esta nación por encima de cualquier diferencia.
Las esperadas novedades de cada edición podrían ser todavía mayores este 2023, si la organización del certamen decide admitir la postulación de Sofía Salomón, una modelo y reina de belleza trans que quiere ser coronada como la mujer más hermosa del país suramericano.
«Pienso que es una plataforma grandiosa para dar visibilidad a mi comunidad, hacer eco de lo positivo y que las personas conozcan la realidad de las mujeres transgénero«, manifestó la también ‘influencer’ en entrevista con AP.
Dificultades legales
Salomón, que en 2022 figuró entre las seis finalistas de Miss International Queen, el principal concurso de belleza en el mundo para mujeres transgénero, mencionó ante el jurado que aspiraba que se produjeran cambios en la legislación venezolana para permitirle a otras personas como ella «ser aceptadas con el nombre con el que se sientan más seguras».
La Ley Orgánica de Registro Civil venezolana, sancionada en 2009, establece en su artículo 146 que «toda persona podrá cambiar su nombre propio, por una sola vez, ante el registrador o registradora civil cuando este sea infamante, la someta al escarnio público, atente contra su integridad moral, honor y reputación, o no se corresponda con su género, afectando así el libre desenvolvimiento de su personalidad».
Sin embargo, las personas trans denuncian dificultades para hacer efectiva esta norma.
Sobre este asunto, la abogada y activista Richelle Briceño precisa que «el derecho al cambio de nombre (…) no es sólo para la población LGBTI, es para todo venezolano y venezolana cuyo nombre afecte el libre desenvolvimiento de su personalidad».
Empero, Briceño aclara que el «cambio de nombre no es cambio de género ni de sexo registral«, lo que significa que el marco jurídico está incompleto y requiere ampliaciones y modificaciones para que la identidad de las personas transgénero figure integralmente en todos los documentos.
Sobre este tema resulta ilustrativo el caso de la exdiputada y activista Tamara Adrián, quien tiene una causa abierta desde 2004 en la que demanda al Estado el cambio legal de su nombre y sexo en su partida –acta– de nacimiento y todos los registros públicos.
El Gobierno de Venezuela le ha respondido que la legislación en vigor ya permite los cambios, pero ella ha replicado que no es el caso, con alegatos semejantes al expuesto por Briceño.
En conversación con AP, Adrián –quien se postuló como candidata presidencial para los comicios de 2024– aseveró que «para que haya cambios en materia social es necesario que haya política pública», y en ese sentido explicó que hay cambios en otros países latinoamericanos «que no puedes ver en Venezuela».
La dirigente advirtió que hay mucho por hacer en esa materia, pues en muchas ocasiones no hay «conciencia (…) que una determinada frase es racista o es homofóbica o es transfóbica o misógina».
Concursos inclusivos
Salomón considera que la creciente aceptación de concursantes transgénero en certámenes de belleza constituye un buen precedente que los organizadores del Miss Venezuela podrían tener en cuenta para admitirla.
El Miss Universo, acaso el más global y con mayor proyección de todos, admite mujeres transgénero desde 2012 y la lista ha crecido desde entonces, incluso en América Latina, donde los valores católicos siguen teniendo un peso relevante en las posiciones que adopta la mayoría de la población sobre este tema.
En febrero de este año, Puerto Rico aceptó que una mujer transgénero figurara como candidata en el evento en el que se seleccionó a la representante del país que competiría por la corona universal, lo que animó a la modelo venezolana a presentar su postulación.
Salomón sostuvo que recibió un correo electrónico de la Organización Miss Venezuela en el que acusaban recibo de su solicitud, pero aún no sabe si la respuesta será afirmativa.
Pese a las dudas, ella elige creer que su experiencia en las pasarelas le puede garantizar un sitial destacado en el famoso concurso.
«Yo soy de las personas que piensan de que la experiencia no se improvisa (…) Y por eso las personas confían en que yo debería hacer historia en el país», apuntó, en referencia al respaldo que recibe de su familia, novio y seguidores en las redes sociales.
Vulnerabilidad y conservadurismo social
Empero, aunque es claro que los paradigmas están cambiando en todo el mundo, Venezuela acusa rezago legislativo con respecto a los derechos particulares de la población LGBTIQA+ y un sector importante de la población todavía arrastra prejuicios sobre los miembros del colectivo, entre los cuales las personas transgénero están en la posición de mayor fragilidad.
En 2022, el Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+, una organización no gubernamental gestionada por activistas, contabilizó 97 casos de ataques individuales y colectivos, así como 172 agresiones documentadas, de las cuales, 18 tuvieron como víctimas a personas transgénero.
De acuerdo con el informe ‘Percepción social sobre la comunidad LGBTIQ+ en Venezuela’, preparado por el centro de pensamiento Equilibrium Cende, a partir de 1.259 entrevistas telefónicas realizadas en todo el país en 2022, 43 % de los entrevistados pensaba que las personas trans habían elegido ser así y 15 % estimaba que su identidad de género estaba basada en un trauma sufrido en la infancia.
Al consultarles sobre la participación de personas trans en diversos oficios y profesiones, el 83 % convino en que eran adecuadas para ejercer como estilistas o peluqueros, pero los porcentajes se redujeron hasta el 26 % en el caso de labores docentes, políticas o de seguridad.
Cuando el Miss Universo admitió a la primera concursante trans, el director de la franquicia Miss Venezuela por más de tres décadas, Osmel Souza, afirmó que «el público sencillo venezolano, cristiano, no va a aceptar nunca esa posición«.
Pese a estas dificultades, académicos como Marcia Ochoa, profesora asociada de estudios feministas y de estudios críticos raciales y étnicos en la Universidad de California en Santa Cruz, defienden la participación de las mujeres trans en los concursos de belleza y no ven ninguna contradicción en que alguien como Salomón concurse en un país que ama a las reinas.
«Ella está haciendo algo que tiene mucho sentido para una venezolana», declaró Ochoa. «Uno puede ver a alguien y decir si podría participar en concursos de belleza porque tiene la apariencia de competidora de un concurso de belleza. Se puede decir: ‘es toda una miss'», alegó, en alusión al aspecto de Sofía, a la que calificó como «absolutamente una Miss (Venezuela)».
Comentarios sobre post