A Pleno Sol
La democracia dominicana está en peligro de muerte, si la actividad partidaria tiene de columna central el cambio de chaqueta. La acción de oportunistas que saltan de bando buscando facilidades personales, no es el mejor ejemplo de decoro.
Todos los partidos políticos pecan de llevar a sus filas a los que emigran por diferentes razones, pero nunca basados en conceptos ideológicos, o de principios. En consecuencia, es una muestra del primitivismo político y de la ley del salvase quien pueda.
La democracia dominicana está desnuda, no llega a los pañales. Desde el día de la independencia nacional siempre ha salido triunfadora la anarquía, la dictadura, la mano militar y el déspota ilustrado. El oportunista de nuevo calado es una muestra irreverente de lo que debe ser un líder, un conductor de masas.
Para la República Dominicana no habrá salida, si su futuro es diseñado por buscadores de cargos administrativos y electivos. Al parecer nadie está pensando en la democracia y el desarrollo, sino en los bolsillos particulares. La compra-venta figura en los estatutos de todos los partidos.
En esta versión de Fuente Ovejuna todos son culpables. Todos cometen el mismo pecado. Es un mercado que no tiene nombre, pero podría superar al persa en desvergüenzas, donde todo se vende y todo se compra. Los valores forman parte de la historia para esos que tienen a mano una chaqueta de todos los colores.
La política en los países sub-desarrollos, entre los cuales está la Republica Dominicana, significa el salto individual a una mejor vida. De ahí que sea la norma de conducta de la mayor parte de los que ejercen algún tipo de vida pública.
Es como exponer en una vitrina, todas las villanías y golpes bajos que es posible, con tal de alcanzar la fama por un segundo. Todos lo hacen, todos lo propician, todos son culpables. Sin embargo, la balanza electoral no se va a inclinar por el peso de los oportunistas.
Los partidos políticos tienen que ir al corazón del pueblo, donde está la mayor parte de los votantes, los olvidados de siempre, pero que son la espina dorsal del sistema democrático. No es posible ganar en unos comicios, sin el apoyo monolítico del pueblo llano, que no tiene chaquetas, que no es oportunista, que no ve la política como la garrocha para abrirse paso a las riquezas fáciles.
Aunque a cierta lejanía, ya se dan pasos hacia las elecciones municipales, congresuales y presidenciales, por lo que es el momento de pasar revista a la conciencia de cada cual. Escuchar a tiempo los deseos, las necesidades y los reclamos de la mayoría silente, que con su aparente indiferencia ella es la que da y quita el poder. ¡Fuente Ovejuna, todos a una!. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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