A Pleno Sol
Detrás de las grandes guerras, está la división de mercados, y el levantar la aureola imperial. Los pueblos sufren los enfrentamientos armados, donde nunca se dan vencidos y vencedores. En el siglo 21 no se justifica ni una intervención militar, ni una guerra.
Los efectos destructivos de la acción bélica presentaran como premio envenenado para los que triunfan una recomposición de fuerzas internas, mientras que los derrotados, trataran de avanzar de cara a un futuro incierto.
Las guerras no llegan por egos personales, ni declaraciones destempladas. Las potencias pisan el terreno enjabonado de establecer su hegemonía en los mercados, y lograr presentar músculos, cuando surgen nuevos polos dimensionales de poder.
Esa división de mercados económicos y surgimiento de nuevos poderes ya estuvo presente en la Segunda Guerra Mundial. La más devastadora ocurrida hasta el momento en el mundo. Al cierre de los enfrentamientos, y con Japón rendido, se lanzaron dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Los alemanes con una política de intervención rápida lograron doblegar a la mayoría de las naciones europeas, quedando Inglaterra en pie, pero siendo sometida a criminales bombardeos aéreos. Francia, Italia, España, entre otros, fueron intervenidos directamente por los nazis, o colocados en su área de influencias.
Con la derrota alemana surgen dos nuevos polos de poder:. Los Estados Unidos y la Unión Soviética. Con la rendición en el frente Ruso, acosado por el «general invierno» y la desmoralización de las tropas, Hitler no pudo contener la avalancha bélica liderada por los Estados Unidos en el día D.
La derrota alemana lanza a dos nuevos imperios a dirigir el mundo; los norteamericanos y los soviéticos, mientras Europa no se recompuso de sus heridas, y China marchaba a ritmo lento, siendo todavía una sociedad rural, donde imperaba la política de lo mejor al campo.
En la parte intestina de la guerra entre Rusia y Ucrania, está de nuevo el mantenimiento imperial y la lucha por el control de los mercados. Ahora China es un líder tecnológico y económico, y no el país atrasado que exportaba la revolución armada al mundo entero.
La división global se da ahora entre Estados Unidos, Rusia, China y el bloque europeo. Cada uno tiene sus intereses particulares, y los defienden en la guerra y la paz. Al final de la guerra, Ucrania estará destruida, y se presentará una recomposición de fuerzas mundiales.
¿Cuál será el panorama?. Difícil de pronosticar en estos momentos, cuando se está caminando al filo de la navaja de una tercera guerra mundial. Los enfrentamientos deben terminar, la paz debe surgir. Es necesario un alto al fuego, una amplia discusión, y luego firmar los nuevos tratados de paz.
La muerte y la sangre de una lucha por recomposición de fuerzas en el escenario económico y político, debe cesar de inmediato. Hay que luchar por un mundo de igualdades, donde se erradique la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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