A Pleno Sol
El venidero año escolar debe ser presencial y utilizando los medios de comunicación y las plataformas de internet. En poco menos de dos meses no hay garantías de que se podría ofrecer el cien por ciento de la docencia en aulas.
Además, hay que olvidar el pasado reciente en que se impartía docencia en un aula con más de 30 estudiantes, muchos de pie y en los pasillos. Se puede ir a los planteles, pero con estrictas medidas sanitarias.
La enseñanza a distancia en el sistema educativo dominicano es un experimento. Ahora queda hacer las evaluaciones. Poco se aprendió, pero no fue un fracaso. Solo la intención de mantener en pie el año escolar es un triunfo.
Pero se han perdido dos años. La pandemia ha colocado el sistema de enseñanza pública contra la pared. No ha podido conseguir dar un salto al frente. Se hizo el esfuerzo y ello es admirable, pero faltó enfrentar la realidad. No había condiciones para volver al aula, y tampoco existía la experiencia para el online.
El tiempo que se perdió no podrá ser rescatado. Hay que preparar el nuevo año escolar con las singularidades del momento. La epidemia no se ha ido. Está entre nosotros, y es difícil convivir con ella. La escuela, pública y privada, tiene ahora una prueba de fuego.
No se puede perder un tercer año escolar. Sería colocar al país, de cara a la formación de las nuevas generaciones, al pie del patíbulo. Hay que iniciar todo desde cero. Los maestros tienen que ser capacitados para hacer frente a un nuevo sistema, que se aferra a lo viejo.
Si no se da un salto adelante, y se implementan nuevas técnicas de enseñanza, para navegar en medio de la pandemia, todo se estancará. Hay que estar preparado para saber manejar los recursos, y hay que adecuar la mentalidad de los maestros en dar clase sin la presencia física de los alumnos.
Con las escuelas cerradas, y un personal selecto dando la clase por la televisión, la mayoría de los maestros tomó un año de vacaciones. Ahora hay que dejar a un lado la burocracia y tomar la tiza y la pizarra.
La autopista audio visual es óptima para dar clases, pero se necesita el personal capacitado que la pueda impartir. Los maestros pensando en horas extras, tandas extendidas con doble salario y una huelga por cualquier razón, no son los mejores abanderados para complementar este ministerio.
Dentro de las precariedades actuales, tuvimos un año escolar de tropiezos, pero no fue un fracaso. Reconocemos el esfuerzo, el trabajo y la dedicación de los maestros públicos y privados y de los funcionarios y técnicos de educación. Ahora esa página que se quedó borrosa e incompleta tiene que ser superada. Sigamos adelante, modernizando el sistema. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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