Por Steve Herman
Washington, EE. UU. (VOA).- El presidente estadounidense, Donald Trump, y otros miembros de su administración están tratando de calmar a una nación en pánico después de que muchas tiendas vieron vaciarse sus anaqueles por una ola de acaparamiento provocada por la pandemia de coronavirus.
Después de reunirse en una llamada de conferencia con 30 ejecutivos de supermercados, Trump dijo: “No hace falta comprar tanto. Tómenlo con calma. Relájense”.
“No tenemos otra escasez, sino que la gente está comprando de tres a cinco veces más de lo que harían normalmente”, dijo Trump.
El presidente apareció sin anunciarlo en el salón de información a la prensa junto a algunos miembros de su equipo para el coronavirus, pero no respondió a preguntas.
El coronavirus es “algo que tenemos bajo tremendo control”, dijo Trump antes de ceder al vicepresidente Mike Pence la conferencia de prensa de una hora.
Algunos miembros de ese grupo en el podio expresaron más cautela sobre el camino a seguir.
El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, enfatizó que “lo peor está aún por delante”, mientras que el secretario de salud del presidente, Alex Azar, advirtió que la pandemia tiene el potencial de abrumar la capacidad del sistema de atención de la salud de Estados Unidos.
Mientras tanto, más ciudades y estados del país ordenaron restricciones al acceso a los lugares públicos.
El gobernador Gavin Newsom ordenó el cierre de todos los bares y bodegas de vino en California, el estado más poblado. También declaró que las personas mayores de 65 años deben aislarse en sus casas porque son el grupo de mayor riesgo si contraen el coronavirus.
El gobernador del estado de Ohio, Mike DeWine, ordenó a todos los restaurantes no aceptar clientes y servir solamente comida para llevar o enviar.
Las mismas restricciones se ordenaron en Nueva York y Los Ángeles, las dos mayores ciudades del país. Sus respectivos alcaldes incluyeron también el cierre de salas de espectáculos, entre ellas los cines.
“Estamos tomando una serie de acciones que nunca hubiésemos tomado como un esfuerzo para salvar las vidas de nuestros seres queridos y nuestros vecindarios”, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
Después de ese anuncio, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC9) emitieron una recomendación nacional de que no deben celebrarse reuniones de más de 50 personas por las próximas ocho semanas.
A una pregunta sobre si debía de haber restricciones nacionales, como han hecho otros países, Fauci dijo que “para proteger al pueblo estadounidense consideraremos todo lo que esté sobre la mesa”.
Las autoridades de al menos 35 de los 50 estados han cerrado las escuelas o recomendado que se cierren.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció el domingo el cierre de las escuelas en la ciudad de Nueva York.
En los aeropuertos se vieron largas esperas y pánico, mientras las autoridades trabajaban bajo nuevas regulaciones impuestas para frenar la propagación del coronavirus.
El secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, dijo a los reporteros en la Casa Blanca que esas largas filas “son inaceptables” y explicó que los procesos se ajustaron en los puertos de entrada al país y que el domingo el tiempo de espera se redujo a alrededor de 30 minutos.
Los ciudadanos y residentes permanentes de Estados Unidos que están regresando de otros países que son parte de una nueva restricción tienen que pasar por un examen y un cuestionario adicional para determinar que pueden regresar a sus comunidades, según el Departamento de Seguridad Nacional.
Si no requieren atención médica, serán enviados a sus casas para pasar dos semanas en una cuarentena voluntaria.
Los extranjeros que residen en Estados Unidos y viajaron a los países restringidos, no podrán regresar. Deberán viajar a un tercer país que no esté restringido y esperar el período de dos semanas de autocuarentena.
Lo más crucial para las medidas de emergencia del presidente es la expansión de las pruebas para la enfermedad del coronavirus.
Estados Unidos ha sido criticado por la lentitud para ofrecer los kits de prueba de coronavirus y Trump prometió acelerar la capacidad de los exámenes.
La Casa Blanca dijo que 1,9 millones de kits de prueba estarán disponibles esta semana y un sitio web para revisar a quienes serán priorizados para esas pruebas comenzará a funcionar en línea en pocos días.
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