Queridos amigos y amigas, seamos positivos, aunque sigamos pasando gran tribulación. ¡Saldremos de este trago amargo! No desesperemos mientras esto ocurre, tengamos fe en el porvenir como nos legó la insigne, excelsa maestra y poetisa, Salomé Ureña, que mediante sus escritos nos ofrece fortalecimiento para esas «horas de angustias», como las que atravesamos.
Despedimos recientemente un año espinoso e iniciamos un 2021 al que queremos brindar todas nuestras esperanzas, con certeza de que triunfaremos a nivel de salud y justicia social. A pesar de este mantener en incertidumbre a la clase trabajadoras, ante la posible pérdida o no de sus plazas laborales, y a toda la población ante si podrá tener acceso a la vacuna contra el COVID-19, que tanta tristeza ha traído a la humanidad; que se lleva con su paso demasiadas vidas, y valiosas.
Lo correcto es no ceder, no desfallecer, «con el nuevo día, vienen nuevas fuerzas y nuevos pensamientos», decía la gran humanista, Eleanor Roosevelt. ¡Dentro de cada uno de nosotros yace un verano invencible, que puede sobrevivir aun cuando afuera sea invierno, busquemos la primavera! El sabio Séneca, decía que: «No hay árbol recio ni consistente sino aquel que el viento azota con frecuencia». La brisa nos ha dado bastante fuerte, pero, sigamos esperanzados y accionemos para que nuestro entorno encuentre el anhelado bienestar.
Estamos en tiempo de lucha y de tragedia social, por duro que sea, mostremos nuestra fuerza. ¡Usemos el poder de nuestra mente! Que esta adversidad pueda fortalecernos, hacernos más humanos y accionemos en conjunto para vivir con honor y dignidad, guiados por la fe. Recordemos que somos privilegiados; la República Dominicana es tierra de gente luchadora, que se aferra a la esperanza, y ella siempre ha vencido al miedo.
Confiamos que se reducirán problemáticas sociales a nivel mundial, muchas de ellas fueron aumentadas por los estragos del coronavirus, que hizo sucumbir hasta la salud mental. Sin embargo, mientras esto ocurre, queridos amigos y amigas, seamos obedientes a las medidas de prevención para lidiar este mal; cumpliendo las normas somos útiles a la sociedad y salvaguardamos nuestro bienestar.
En A la Patria, la mujer total: Salomé Ureña, nos recita:» Y deja, Patria amada, que en el sonoro viento se mezclen a los tuyos mis himnos de placer; permite que celebre tu dicha y tu contento, cual lamenté contigo tu acerbo padecer». ¡Soñemos con el anhelado bienestar y la ansiada normalidad, hagamos que ocurra!
Hasta pronto.
santosemili@gmail.com
(La autora es educadora, periodista, abogada y locutora, residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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