Caramba!. Eureka!!. Pensé que uno tendría que morirse para develar el misterio de la vida y todos “estos absurdos” que no entendemos y que tenemos que vivir.
Dicen las escrituras…bueno, eso espero, que somos “uno” en espíritu…ahí ta! Si “somos uno” es decir, un solo espíritu, eso significa que nosotros, ¡¡somos Dios!!.
Wait a minute!!? ¿cómo así? Eplicame ete lío… no les parece brillante que cuando “uno” se oculta de sí mismo…no puede encontrarse.
Está clarísimo, Dios, está dentro de nosotros, o para estar más claros, Dios, somos todos!!.
Antes que empiecen a jalarse las greñas las señoras fanáticas y demás colegas cristianos y católicos…según Romanos 12:5 “nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo… en Cristo”.
¿Entonces? ¿podría alguien explicarme cuál es el propósito de todo esto?. Si todos somos uno y ese uno es Dios, es lógico asumir entonces que todos somos Dios.
Pero ¿para qué Dios, es decir, nosotros, nos ponemos de mojiganga en este abanico infinito de personalidades?.
Será para pura diversión esto de jugar al loco, al asesino, al poeta, al doctor, al empresario, etc. etc. etc.
A mí, en mi “Dios particular,” me da risa, y pena también, el ver la facilidad en que muchos de esos “pedacitos” de Dios andan por ahí a la deriva haciendo y deshaciendo al mundo.
Veo hombres y mujeres, profesionales y con “supuestos” grados de “intelectualidad” enviando mensajitos pendejos por WhatsApp o por Facebook o Instagram o por donde sea…
En el caso de los “Diositos” dominicanos, te mandan un video de una masacre en algún pueblo en guerra de África, como si fuesen los haitianos.
Luego te envían un texto apócrifo de José Martí acabando con los mismos.
Sin embargo, al otro día te envían oraciones y arengas espirituales en donde el énfasis es “amar a todos”.
Coño!. Yo se que el problema de la inmigración haitiana hacia la República Dominicana, necesita medidas urgentes y de manos firmes, pero el odio absurdo y descabellado de esos “profesionales” roza en lo estúpido.
Cuando uno va a decir algo o, peor aún, publicar algo, tiene que tomar en cuenta que es su “reputación” y hasta su “dignidad” lo que pone en juego.
La credibilidad de estos “semi-Dioses” jugando a las escondidas y mostrando su “bipolaridad” es hasta cierto punto vergonzosa.
Te hablan de amor y luego te envían un “torpedo” o “bucapie”, fuegos pirotécnicos para los que no son dominicanos, donde el amor se fue pa la mierda.
Lo peor es que la mayoría de esa propaganda anti-haitiana es falsa. Carece de verdad, eleva su grado de barbarie al extremo y es inventada o tomada de otros lugares del mundo.
La inmigración haitiana o de cualquier otra nacionalidad tiene que ser registrada y aprobada por las autoridades encargadas de ese asunto.
Los haitianos que se encuentren de forma irregular en Santo Domingo, deben regresar a su país o afrontar las sanciones que especifica la ley, punto!.
Eso es todo!. Pero que paren los diositos de enviar basura que incrementa el odio. Que no sean ignorantes, como robots reenvían cualquier disparate sin verificar el origen de eso.
La facilidad con la que estos profesionales caen en la ignorancia pone en duda hasta la universidad en donde se graduaron.
Si en verdad somos uno en espíritu, estamos bien jodidos porque tenemos una doble personalidad.
Un Dios que hoy plantea una cosa y mañana se desdice.
Con razón se oculta hasta de sí mismo. Es duro mostrar quien en verdad es uno. Un ser ambivalente y lleno de complejos. En otras palabras, un Dios, ¡pero un Diablo también!. ¡Salud!. Mínimo Caminero.
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
massmaximo@hotmail.com
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