(Para Ana Báez, una de piratas)
Manita, quizás esta sea una de mis reflexiones más difíciles, no porque le tenga miedo a los absurdos y a todas las pendejadas que se me ocurren intentando encontrarle un sentido a la vida, sino porque jamás pensé que tendría que escribirte esto cuando estuvieras en el más allá.
Ninguno de los dos pensamos que ocurriría tan rápido, jóvenes, comparados con tantos otros que nos rodean y sin embargo…te fuiste.
¡Coño pirata! No nos dejaron siquiera mirarnos a los ojos para, veladamente, compartir nuestra complicidad. Nuestros secretos, nuestro amor tan fuera e incomprendido de este mundo.
Solíamos sentarnos en el patio y desde allí observar las estrellas, ese universo infinito y extraño del que hoy ya conoces sus secretos.
Dime pirata, ven a mis sueños y cuéntame que estás viendo. Revélame el sentido de la vida y el ¿por qué? Navegamos entre tantas dimensiones, dejando corazones tristes y vacíos como hoy está el mío sin ti.
Me diste tus manos compasivas, me sacaste del fango tantas veces y todavía me decías; «lo mío es tuyo y lo tuyo es mío». Nunca hubo dudas en ello, pero nadie entendió eso. Quizás, el hombre en rojo que pinte y que colgaste junto a ti.
¡Pirata! ¡Que hermoso fue conocerte! Que lindo fue el regalo de tu amistad. Tu incondicional presencia.
Tu última carta… «pirata, te escribo para recordarte que te quiero mucho, no importa lo que pase, ni el tiempo que no te vea. Nada cambiara porque eres parte de mi vida…para siempre».
Manita, siempre estarás en mi corazón, siempre brindare por ti como buenos piratas que supimos navegar entre tantas aguas turbulentas sin que torcieran nuestra fe y voluntad por un mundo mejor.
Te mantuviste firme y serena hasta el último momento. Sabías que, como dice nuestra canción de Serrat, «no hay historia de piratas que tenga un final feliz» …en verdad son pocos los finales felices manita.
Sin embargo, asumimos ese final, ya que nada podría pagar nuestras sonrisas a través del camino a las estrellas.
Silenciosamente se gestó en ti un asesino invisible. Un cobarde intruso que mino tu alma intentando doblegar tu voluntad, pero no logro apagar tu sonrisa.
Sabías que somos eternos y que solo abrimos una puerta y llegamos. El universo no solo está en nosotros, sino que a un paso también, pero eso no lo entienden todos pirata.
Navega tranquila y sin obstáculos manita, no voy a invocarte ni a interrumpir tu vuelo. Disfruta de tu nueva esencia que yo estaré bien. Sabes que lo nuestro es eterno y ahora ya no tienes dudas.
En la pared de mi estudio mantengo colgada la bandera de piratas. Al lado, la frase que dibuje de la canción de Juan Luis y que te cantaba constantemente… «y contar contigo».
«quisiera que me hablaras cuando callas., tu ruta cuando cruzas la neblina., y prender el alba y amasar la noche y salir contigo, disfrazado de horizonte…y contar contigo!!»
Salud siempre pirata. ¡Te amo!
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