A Pleno Sol
En la República Dominicana no hay condiciones favorables para que voten los presos. Hasta ahora los que entran al sistema carcelario, previa decisión de un juez, pierden sus derechos ciudadanos.
Conservan todos los atributos en lo que se refiere a sus derechos humanos, a los márgenes de orquestar su defensa, de declararse culpable o inocente, y de reinsertarse en la sociedad.
Pero no le está permitido votar en las elecciones. Así debe quedar. El infierno que son las cárceles no pueden ni deben entrar al sistema electoral dominicano, En las prisiones impera el derecho del más fuerte. En ocasiones es difícil determinar dónde está el poder en ese pequeño recinto de castigo.
Institucionalmente lo tienen los guardianes penitenciarios, previa condena impuesta por los tribunales competentes. Pero hay otro poder, que actúa a la libre y en las sombras. Es la imposición de un puñado de presos sobre sus compañeros.
Donde no hay libertad física, y accionar de conciencia, donde todo se compra y se vende, y por miedo o un pan con chocolate se vende el alma, no hay condiciones para votar en unas elecciones libres y democráticas.
A un preso es fácil condicionarlo hacia donde debe dirigir su voto. Lo pueden hacer los guardianes, o los otros presos. Además, donde se vota hay que permitir campaña electoral a todos los grupos partidistas. Difícil determinar hacia donde se desbordarían las cárceles.
En otros países, se permite a los presos votar. Esa es su determinación y sus circunstancias. En la República Dominicana se carece de las mínimas condiciones para que los internos penitenciarios puedan escoger a sus candidatos.
Y hay otra premisa importante; el derecho al voto es de doble vía, se puede tanto elegir, como ser electo. Una reforma constitucional y electoral para permitir el voto de los presos es inaceptable. Nada se ganaría, y se podría perder mucho.
La Junta Central Electoral debe dar pasos para el fortalecimiento del sistema de votaciones. Para ello tiene que mantener una línea de concertación y diálogo con los partidos políticos, y los sectores organizados de la sociedad.
Que no se invente con el proceso de votaciones, que suficientes lagunas tiene. Que se trabaje por unas elecciones libres y democráticas, y los demás se deje al tiempo futuro. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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