Por Máximo Caminero
massmaximo@hotmail.com
Cuenta la leyenda, que un día no se supo más de él.
Fue una noche lluviosa que le vieron montarse en su vieja bicicleta y abandonar el pequeño pueblo rumbo a las montañas lejanas. Con el tiempo dejaron de preguntarse qué habría sido de él y con un poco más de tiempo, lo olvidaron.
Yo particularmente no sé cual es “ese” afán que tenemos los humanos por…que se acuerden de uno?. Más que eso, yo aspiro a que “algo” de lo bueno que uno tenga, permanezca como el viento libre, rodando de puerta en puerta, de casa en casa, de voz en oído. Más que la imagen, más que el rostro, aspiro que sirva esa voz a otras voces, que apacienten temporalmente algunas que otras de nuestras tempestades interiores.
Deja ya de mostrarte!. Me reclama, en buenas intenciones, este mi amigo. Tú vales mucho y al estar constantemente “visible” te cualquierisas….
Lo difícil se cotiza. Más que el oro o el platino ahora es el rodio el metal más caro del planeta. Su particularidad se debe a que está mezclado con “otros” metales lo cual hace más costosa su extracción. Se imaginan ustedes?. Un individuo que se las pasa vacilando con todo el mundo, ricos y pobres, enfermos y sanos, criminales y santos, y de paso, con todas las razas humanas. Es el más cotizado debido a su característica “híbrida” de estar bien en todas partes. Algo así como diría Martí: “vengo de todas partes y hacia todas partes voy. Arte soy entre las artes y en los montes, montes soy”.
Para mi adorado amigo boricua, yo no debo de andar brindando mi talento por las redes. Debo frenar mi regalo recibido constantemente por el Universo como si eso fuese algo único y exclusivo para mí!!. Bueno, en verdad no sé si será talento eso que le da a uno por escribir o pintar diariamente cosas extrañas, pero mal hace el que recibe y no comparte.
Conozco a algunos artistas que una vez alcanzada la fama se aíslan y se hacen…inalcanzables. Sé de otros amigos que en sus tiempos de miseria mantenían un discurso anti imperialista y que en el goce de la riqueza alaban “las bondades” del capitalismo.
Solo le pido a Dios, para evocar a Mercedes Sosa, que me mantenga justo a donde estoy, tanto en la riqueza como en la pobreza. Que nunca me haga olvidar que ambos estados son perennes y que si algo debo de conservar, será siempre la bondad y la humildad de ser ni mejor ni peor que nadie.
Como todo cambia, espero que en la vejez mi mente no se vuelva hostil y presuntuosa. Que por el contrario, sea yo más elocuente y presente en todas partes y lugares que me llamen.
No necesito llegar a esa isla solitaria para que allí lleguen solo los que quieran verme. No jugaré el juego de lo inalcanzable y misterioso. Seguiré amando los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como Antonio Machado.
No somos más que una estela en el mar, un camino que se rasga momentáneamente en el océano, un dibujo en el aire.
Dos Antonios hoy se encuentran, uno ya lo conocía, pero lo había olvidado. Se ha quedado embelesado entre ese: “todo pasa y todo queda”. Sí mi querido amigo, ando y desando, voy y vengo, vienes y vas.
Al final, quedará la montaña, más gris tal vez. Y una rueda oxidada de “alguna” bicicleta que se varó allí abandonada por algún “extraño”, el que también dejó un abrigo negro. Y unos lentes y una boina roja que ya se ha vuelto marrón.
Nadie se preguntará a quien pertenecieron, ni por qué están allí. A lo lejos, se ve una gran ciudad. Demasiadas angustias, demasiados extraños para preocuparse de todos. Aunque todos naveguen en la visibilidad del espanto!.
“Murió el poeta lejos del hogar, le cubre el polvo de un país vecino. Al alejarse le vieron llorar….se hace camino, solo es camino al andar”. Salud!. Mínimo Caminero.
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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