A Pleno Sol
Los renglones básicos que tendrá que adecuar el presupuesto del año venidero serán las áreas de salud, educación, agricultura y obras públicas. Todos estos acápites son vitales para que la República Dominicana pueda continuar por una senda de desarrollo.
No se puede escatimar ni un centavo en lo que se refiere a los programas de salud. Hay que impulsar todos los esfuerzos posibles para poder adquirir en un futuro, cercano o lejano, las vacunas que necesarias para enfrentar al corona-virus.
A pesar de que clínicas y laboratorios privados han estado trabajando con sus clientes de paga, no se puede pasar por alto que la sostenibilidad del área de la salud recae sobre las espaldas del gobierno, por lo que la mayor parte de los recursos estatales deberán estar destinados a enfrentar la pandemia del siglo.
En el sector de la Educación estamos en un año atípico. La docencia prácticamente se ha perdido y lo más que se podría lograr es que los muchachos no pierdan la disciplina de estudios. Se debe continuar profundizando en la educación por internet, y a través de la radio y la televisión.
Pero en la educación formal, todavía los alumnos dominicanos y sus tutores no están preparados para la educación no presencial. Además, la mayor parte de los maestros tiene la formación de tiza y pizarrón, y hay que controlar estas carencias.
En cuando al sector agropecuario, merece una amplia felicitación. Demostró toda su pujanza en esta crisis. No hemos sufrido los dominicanos desabastecimiento de alimentos esenciales. Hay que ampliar los recursos que en este presupuesto se otorgó al área agrícola.
Se trabaja, tanto desde el gobierno como en el sector privado, para hacer frente a la crisis, pero se tiene que tener en cuenta que sin control sanitario será imposible poder conseguir un avance en los niveles productivos.
De hecho la presión empresarial para lograr una estabilidad económica, ha hecho que las autoridades se vean en la imposibilidad de ejecutar acciones radicales para controlar el virus. El toque de queda se ha flexibilizado, como una forma de garantizar la apertura del comercio y el funcionamiento de las industrias.
Pero en cada renglón del presupuesto se debe acordar una partida para la rápida creación de empleados de emergencia. Es la única forma de salvar la presente crisis. Primero agenciar los fondos y recursos, y luego proceder a abrir las compuertas del trabajo ocasional. !Ay!, se me acabó la tinta.
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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