El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant) informó que dentro de los planes de transformación del sector transporte y el fortalecimiento de la seguridad vial, se pondrá en ejecución el Sistema de Licencia de Conducir por Puntos entre los meses de octubre y noviembre de este año.
Este nuevo sistema otorga al conductor un saldo de 20 puntos en su licencia de conducir y conforme cometa faltas de tránsito, les serán reducidos hasta llegar a cero. En ese momento se procederá a tramitar la suspensión de su documento, que se podrá recuperar mediante cursos de sensibilización y re-educación vial.
Esta norma está establecida en el artículo 215 de la Ley No. 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial de la República Dominicana). Tiene tres funciones principales: prevenir, educar y, en última instancia, sancionar.
Además de la Ley No. 63-17, este marco legal se complementa con otras normativas jurídicas que pretenden acabar con el caos y el desorden implementado en las calles por conductores irresponsables conformados por hombres y mujeres, unos fósiles que exhiben conductas temerarias e irracionables y muchas veces manejan bajo los efectos de alcohol o sustancias narcóticas, representando un peligro y una amenaza para los demás ciudadanos.
De manera automática, expresa el proyecto, si durante dos años el conductor no comete ninguna otra infracción que conlleve la reducción de puntos, podrá recuperar la mitad de los perdidos. Mediante los cursos de re-educación y sensibilización vial, los conductores deberán agotar una fase con el fin de cambiar las actitudes negativas al manejar.
No conozco el contenido completo de esa reglamentación, la cual considero muy acertada y bien intencionada, para resolver la crisis del transporte en términos generales. Se hace necesario sacar de la calle a los transportistas que cruzan los semáforos en rojo, circulan por las direcciones contrarias, que rebasan a toda velocidad en zonas viales reducidas, sin luces nocturnas y transitan sin licencia. ¿Qué vamos a hacer con aquellos que conducen sin ese carnet, que por cierto son miles?
El punto es, ¿quién estará dispuesto a hacer cumplir ese nuevo reglamento? Lo ideal sería que los agentes de tránsito actúen con rigidez y sin privilegios, no importa que los infractores sean militares, policías, funcionarios o jerarcas políticos o tengan algún vínculo con éstos.
Hay trabas que es preciso erradicar, como el tráfico de influencia, el soborno para facilitar la obtención de la licencia sin agotar los trámites y otros males. No se le puede reclamar a un policía de tránsito aplicar la ley, porque cuando multan a un ciudadano infractor éste acudirá a un militar o policía de elevado rango, a un dirigente político, para que le quiten la penalidad.
Con ese estilo no vamos a ningún lado. Además, ¿cómo proteger a esos policías de las frecuentes agresiones físicas y verbales de parte de choferes-fieras, los dueños del país, que se resisten con violencia a ser penalizados?
De continuar así, nos mantendremos estancados y sin posibilidad de salir del estatus anarquista que arrastramos por décadas en diferentes renglones.
Aspiro a que, en esta ocasión, se tome como modelo el sistema que rige en las ciudades de Estados Unidos, como por ejemplo en Florida y Nueva York, donde se llevan estadísticas de acumulación de puntos comunes de infracción de tráfico e incluso cancelan de por vida el documento de conducir cuando hayan reincidencias.
Algunas violaciones de tráfico comunes y sus puntos asociados en la Florida, son las siguientes:
-Conducir de manera temeraria, 4 puntos.
-Salir de la escena de un accidente sin dar información, 6.
-No dejar información vehículo desatendido y daños a la propiedad, 6.
-Exceso de velocidad, 3.
-Velocidad superior a las 50 millas por hora (80 kilómetros), 4.
-Al pasar por el lado de entrada/salida mientras un autobús está parado, 4.
-No detenerse cuando un autobús escolar saca la señal de parada (stop) para desmontar estudiantes, 4 puntos.
-No detenerse en la señal roja estable, calle de sentido único, antes de girar a la izquierda, 4.
-No obedecer la señal de control de tráfico (No detenerse en la señal de tráfico/luz roja), 4.
-No ceder el derecho de paso al peatón, 3.
-No obedecer el dispositivo de control de tráfico (señal), 3.
-No ceder paso a una ambulancia, una unidad de bomberos o cualquier servicio de emergencia, 3.
-Retroceder de forma incorrecta, 3.
-Se requiere sistema de seguridad para los niños. Los bebés de hasta 3 años deben estar en un portador (un sillín) separado, y de 4 a 5 años en el portador/cinturón de seguridad. Por esa infracción se aplican 3 puntos.
Tal parece que aún estamos muy distantes de alcanzar esa civilización. Somos home sapiens (en latín ‘el hombre sabio’), con disfrutes de muchos privilegios, viviendo en ciudades modernas con sistemas de telecomunicaciones de tecnología de punta, con medios de transporte terrestre de alta gama y otras facilidades.
En efecto, debe prevalecer el régimen de consecuencias porque nos resistimos a dejar atrás la conducta salvaje y no adaptarnos socialmente al orden establecido, factores que siguen siendo parte de nuestra principal desgracia vial.
mvolquez@gmail.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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