El partidismo es enemigo de que se dé una verdadera concertación, con miras a orquestar un amplio programa de desarrollo nacional. Las alianzas están regidas por acciones políticas mediáticas, de buscar conseguir posicionamiento, pero no vertebrando el futuro del país.
Es hora de que todos los sectores nacionales dejen de practicar el canibalismo partidario, mientras falsamente dicen enfrentar el transfuguismo, y pasar a trabajar de lleno en un encuentro de voluntades dispuestas a luchar por el bienestar del país.
En una gran concertación nacional para el bienestar del país, no se puede ir pensando en beneficios personales, pero tampoco en adherencias incondicionales. A cada cual hay que dejarlo en sus proyectos personales, y solo hermanar donde hay ideas comunes.
Pero con un año electoral que está al rojo vivo, es prácticamente imposible que se dé una tarea de unidad para el desarrollo dominicano. Hay muchas apetencias y fanatismo, y todo ello es enemigo de la unidad. Desde luego, nunca se puede considerar movimiento unitario el paso individual o colectivo de un partido a otro, en la vocinglería de una campaña partidista.
Todos los grandes partidos políticos nacionales han estado ya en el gobierno, y sus líderes saben que es casi imposible poder avanzar amplios programas de desarrollo, sino se cuenta con una línea unitaria.
Lo ideal sería que cada partido o candidato presentara su programa de gobierno y diera a conocer sus puntos básicos en torno a la situación del país. El pueblo de hecho no cree en programas de gobierno, porque se imprime pero no se lleva a cabo.
El sector privado tiene que jugar un gran papel en la tarea del desarrollo general del país. Tiene que darse un rasgo humano en sus acciones, y muy en especial, comprender que a ellos es que le va a tocar crear nuevas plazas de trabajo y producción.
El Estado cada día debe cumplir con su rol de fiscalizador, de vigilante, de ofrecer claras reglas de juego para que los inversionistas encuentren incentivos para traer sus capitales. Todo esto sería imposible de lograr si hay ausencia de un proyecto nacional donde se encuentren involucrados todos los sectores.
Si hay desarrollo para la supra estructura y no se toma en cuenta a los marginados, entonces los problemas siempre se mantendrán al rojo vivo, en espera de en cualquier momento hacer erupción. Para que se mantenga la paz y la tranquilidad, hay que tener la paila caliente y el musculo trabajando. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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