Por Oscar Alarcón Delgado/Especial Inter News Service
Lima (INS).- Pedro Castillo Terrones es un maestro rural, próximo a cumplir 52 años de edad, nació en Tacabamba (Chota, Cajamarca, norte de Perú) y se forjó en la agricultura, como rondero campesino —entidades encargadas de mantener el orden e impartir justicia en sus comunidades—, luego maestro de educación primaria, donde asume el liderazgo sindical y conduce una exitosa huelga magisterial en 2017.
Desde el Ministerio del Interior fue señalado como aliado del Movadef, una organización sospechosa de ser la fachada política del terrorismo ultraizquierdista; sin embargo, su antecedente político es el partido de centro derecha Perú Posible y a finales del año 2020 aparece como candidato presidencial en el partido Perú Libre, que se reclama “marxista-leninista-mariateguista” liderado por Vladimir Cerrón, un médico graduado en Cuba, que ejerció como gobernador de la Región Junín.
En las elecciones generales Castillo Terrones obtiene el primer lugar en primera vuelta derrotando a los partidos de derecha y de izquierda pasando a segunda vuelta a competir con Keiko Fujimori, de Fuerza Popular; hija del dictador Alberto Fujimori.
Enarbola propuestas de nueva Constitución Política, de una economía de mercado popular, de lucha frontal contra la corrupción, tributación justa y no privilegiada de las grandes empresas y monopolios, atención a la agricultura, de solución a la crisis sanitaria, entre otras propuestas, bajo la consigna “¡No más pobres en país rico!”.
La candidata Fujimori tuvo todo de su lado en la campaña para impedir el ascenso de Pedro Castillo. Los partidos se juntaron en una cruzada de oposición, alentados por los intereses oligárquicos y sus cadenas de medios de comunicación levantando el fantasma del “comunismo”.
La ultraderecha hasta pidió la muerte del candidato Castillo Terrones y de Cerrón, los militares en retiro alentaron la sedición con el “golpe de Estado” en coro con el prominente escritor Mario Vargas Llosa como el político venezolano Leopoldo López y el presidente del Ecuador L. Moreno.
Pedro Castillo triunfó con el 50.125%, superó a Keiko Fujimori quien obtuvo el 49.875% de votos válidos y comenzó el cuestionamiento de la perdedora pidiendo nulidad de actas, de supuestas falsificaciones de firmas, de haberse producido un “golpe en mesas”, de solicitar “habeas data” y pedir a la OEA (Organización de Estados Americanos) una “auditoría internacional”.
Finalmente, el 19 de julio, el Jurado Nacional de Elecciones proclamó como candidato ganador a Pedro Castillo. Ya entregado las credenciales correspondientes el 28 de julio, fecha del bicentenario de la independencia del Perú, juramenta como Presidente Constitucional de la República.
Hoy, los poderes fácticos, ante la concreción del triunfo del maestro rural, optan por recomendaciones tratando de imponer la agenda, crear contradicciones internas en el partido Perú Libre e inclusive sugerir el gabinete ministerial.
En cambio, sus seguidores han articulado la nueva correlación de fuerzas en torno al Frente Nacional por la Democracia y la Gobernabilidad que ha movilizado considerable respaldo a su proclamación y el que velará por el cumplimiento de su plan de gobierno, dispuestos a enfrentar la conspiración derechista.
En tanto, el flamante gobierno de Pedro Castillo Terrones tendrá que resolver la crisis sanitaria del Covid-19 y la reactivación económica, el retorno a la normalidad educativa y preparar las condiciones para el referendo sobre nueva Constitución Política, que ya objeta la derecha. INS
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