Donald Trump es un engendro del capitalismo imperialista decadente y en descomposición, que se presenta “milagrosamente salvado” e “iluminado” por su Dios para traspasar sus delirios de grandeza a una superpotencia en crisis; responsable -junto las demás potencias neocoloniales- de los más grandes crímenes de estado contra la humanidad.
En su discurso de toma de posesión, Trump le atribuye a su vuelta a la Casa Blanca un súper poder ficticio, para dar inicio a una nueva “Era Dorada”, a favor del maltrecho Coloso del Norte.
Según sus palabras, con él en la Oficina Oval todo habrá de florecer: nadie le despinta a EEUU la primacía mundial, la recuperación de la fortaleza pérdida, la condición de “país excepcional” y “prodigioso”; capaz de provocar la “envidia” del resto de la humanidad desde su supuesta condición de súper potencia predestinada a ser lo “mejor de la bolita del mundo” en todos los órdenes.
• HALCONES VESTIDOS DE ÁNGELES SALVADORES.
Sus halcones -capaces de impulsar todo tipo de genocidio, discriminación, saqueo, robo de territorio, catástrofe ambiental, aplastamiento de soberanías y violaciones de derechos- son grandes “patriotas” libertarios del imperio.
Los gobernantes que le antecedieron –algunos presentes en la ceremonia- y con cuyo respaldo el nuevo presidente anidó una enorme fortuna sucia, son –según Trump- autores de una “traición terrible” y jefes de un establecimiento tan corrupto como el propio Trump y las elites capitalistas que lo acompañan.
El fascista iluminado habla de rescatar la soberanía de su país cuando la soberanía propia es de las pocas que la cúpula imperialista y el propio Trump han respetado a escala mundial.
Un estudio reciente evidenció que Estados Unidos ha lanzado cerca de 400 intervenciones militares desde su independencia en 1776, la mitad de éstas se han llevado a cabo entre 1950 y 2019, y 25% de ellas luego del fin de la Guerra Fría. Entre 1945 y 1999 EEUU ejecutó 67 intervenciones. EEUU cuenta con más de 800 bases militares fuera de su territorio.
El PENTÁGONO controla la OTAN y ambos, junto con la CIA, han desatado numerosas guerras en Europa, Asia, África, América Latina y el Caribe; guerras de todas las intensidades y de todos los grados. Igual puede hablarse del apadrinamiento estadounidense del sionismo israelí y su complicidad con su historia y su presente de masacres.
El PENTÁGONO cuenta con más de 800 bases en el mundo.Trump habla de devolverle la seguridad a un país que sustenta una teoría y una práctica de “seguridad nacional” que la hace extensiva a todos los continentes y a todos los países neo-colonizados; de una súper potencia militar que les hace la guerra a los procesos soberanos y trata como “invasiones” contaminantes los procesos migratorios que su cruel dominación colonialista e imperialista ha provocado.
Al tiempo que el fascista iluminado acusa a los gobernantes anteriores de no defender las fronteras de su país y sí la de otras naciones, confiesa su intención de anexar a México, robarse el Golfo de México, anexar a Canadá. comprar Groenlandia, asaltar militarmente el Canal de Panamá, estrangular las sociedades y barrer con los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua; y expandir, a como dé lugar, su dominio territorial en el planeta. Su delirio y sus fantasías perversas lo han llevado a perder el sentido común.
Bloqueos y listas de “estados promotores del terrorismo”, elaborada por el campeón de los Estados Terrorista del mundo, sirven a esos fines. Por eso Trump anuló la resolución de Biden sacando a Cuba lista, que solo perseguía tirarle otra piedra en el camino, a la que éste le dio una patada con todo el descaro del mundo.
• FASCISMO: RACISMO, XENOFOBIA, MACHISMO Y ECOCIDIO.
El tratamiento militar y las restricciones que se anuncian para millones de migrantes indocumentados y su estigmatización como “invasores” y “pandilleros”, en caso de desplegarse su ejecución, conduce a una riesgosa variante de guerra intestina.
Resalta el racismo y la xenofobia cuando Trump excluye de la agenda nacional el combate a la narco-delincuencia, a las gangas, a los carteles y a las mafias propiamente estadounidenses.
El país “sin color” de Mr. Trump es el de la supremacía blanca y de los negros, amarillos y mestizos culturalmente “blanqueados” y subordinados.
Excluir el combate al machismo, al racismo y a la homofobia de la agenda pública, confirma la determinación de aplastar la diversidad.
Todas las decisiones iniciales respecto a la cuestión ambiental, a la extracción de petróleo, a la retirada de los acuerdos de Paris y a la negativa a contrarrestar el calentamiento global, apuntan a fomentar una irresponsable política ecocida.
• PELIGROSIDAD DEL FASCISMO DE TRUMP
La peligrosidad del fascismo de Trump, febrilmente obcecado en el ejercicio ultra conservador de la presidencia de EEUU, crece con la incorporación a su Team de gobierno de una parte de los mega-capitalistas globalistas promotores de la industria micro-electrónica, digital y aeroespacial. En esa tesitura de inmediato decidió estimular la conquista del Planeta Marte en favor de Elon Musk.
• Su discurso y sus acciones tienden a potenciar y expandir a las nuevas derechas y a las corrientes neo-fascistas a nivel continental y mundial; oxigenando la gestación de una internacional que agrupe lo ultraconservador y las nuevas modalidades de fascismo. ¡El fascismo está alborotado!
• Un fascista apasionado, aliado a los magnates de las tecnologías de puntas y a la conquista y reconquista de minerales estratégicos, moderniza y eficientiza las capacidades agresivas del abanico de guerras a emplear contra todo lo que no se subordine a los designios de la Casa Blanca.
• En nombre de la libertad se articula una plataforma fascista con graves repercusiones internas y externas, a contrapelo de las tendencias en desarrollo destinadas a impedir retrotraer a la humanidad a la oscuridad medieval renovada y modernizada; combinada con los espectaculares avances de la ciencia y las tecnologías del siglo XXI y regenteada desde un centro imperialista supranacional en un pretendido mundo unipolar, cuando ya la multipolaridad y la multilateralidad son hechos tan contundentes como la decadencia del imperialismo occidental comandado por EEUU.
• NO PASARAN
Zarpazos habrán, pero una victoria de esa brutal contraofensiva anti-histórica, jamás.
La crisis global del imperialismo occidental y las crisis internas de EEUU y de las potencias europeas no tienen reversa.
El auge del neofascismo y la polarización que provoca es sólo expresión de su larga y peligrosa agonía, sin posibilidades reales de vencer como anuncia el fascista iluminado abrazado a su política-ficción. La humanidad que derrotó al fascismo del siglo XX ha acumulado pensamiento y energías vitales para vencerlo en este nuevo siglo.
Se impone la necesidad de una gran internacional antifascista, con un fuerte sentido transformador, antiimperialista y anti-sistémico; alternativo a un orden mundial capitalista-imperialista declinante y altamente destructivo.
@narcisoisaconde
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).