En conversación sostenida por Bruno Rosario Candelier, en la tertulia Miercoletras, la escritora Ofelia Berrido preguntó: ¿Cuáles son los tres puntos focales que usted recomendaría para lograr la armonía entre el contenido y la forma cuando se trata de una obra narrativa, pongamos una novela. ¿Qué aconseja usted?
El intelectual mocano respondió:
— Primero, lograr una identificación emocional entre el contenido de la narración, y lo que el narrador quiere plasmar. Se trata de una compenetración afectiva, de tal manera que tú puedas volcarte a ti misma, expresar tu ser profundo tal como es, con un sentido genuino y espontáneo. La palabra «genuino» es clave para lograr este aspecto de compenetración emocional.
Segundo, plasmar un sentido profundo en el trasfondo de la narración, de tal manera que la dimensión conceptual, estética y espiritual, es decir, lo que se llama cosmovisión, esté presente en la narración. Hay muchas novelas dominicanas publicadas que no tienen esa dimensión de la cosmovisión. Una genuina novela tiene que plasmar una cosmovisión.
¿Y qué es una cosmovisión? La presencia de un planteamiento filosófico, una dimensión conceptual profunda con relación a la realidad, a la cultura, a la conciencia, con relación al contenido espiritual que ha movido tu escritura y al objetivo que tú persigues para lograr la emoción estética y la fruición espiritual. Entonces debe darse esa vinculación entrañable entre la conciencia, la sensibilidad y la expresión.
Y en tercer lugar, tener una conciencia del contenido y la expresión, de tal manera que, lo que escribas, responda a las exigencias de la escritura, es decir que, desde el punto de vista literario, tenga propiedad, corrección, elegancia y, sobre todo, que puedas plasmar lo que ha nacido de tu ser interior con autenticidad y con la plenitud de tu propia conciencia.
Tiene que haber una relación entre la sensibilidad, la conciencia y lo que se narra. Cuando enfoco la conciencia, es un aspecto importante para plasmar una apelación entrañable que nace del fondo de tu mismidad, de tu ser profundo, de tu ser interior.
Porque en una obra narrativa, auténtica y genuina, como en un buen poema, tiene que darse esa adecuación entre lo que sientes, lo que piensas, y lo que dices, con la plena seguridad de que tú te estás expresando a ti misma y estás manifestando esa motivación secreta, esa apelación entrañable que mueve a la escritura, y que desata tu potencial creador. Pienso que ahí hay tres aspectos claves para lograr una obra que realmente toque la conciencia y la sensibilidad del lector.
rafaelperaltar@gmail.co
(El autor es periodista y escritor residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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