«El carácter de superar lo que está al alcance para ir más allá de lo perceptible e inteligible»
¿Cómo haríamos eso si estamos «diseñados» con el gen de la duda?
Me resulta contradictorio que «tenga que dejar de ser lo que «soy» para «trascender» a «una humanidad» más alta» en donde «lograré» superarme y «convertirme» … ¿En qué?
El asunto pinta complicado.
Lo inteligible es aquello que «podemos comprender» o en términos musicales; lo que escuchamos «nítido» no «distorsionado».
«Advierto que usaré muchas «comillas» «» ya que el tema que abordo, además de irónico, navega en lo especulativo…»
¿Por qué deberíamos de trascender «lo humano»? ¿Por qué debemos de superar lo que somos y dónde nos lleva eso?
En la rutina humana cotidiana, existe un factor que nos «comunitariza» a todos; la ansiada, constante, atormentante e infinita búsqueda del dinero.
Ese afán «impuesto» en «algún» camino de nuestro «crecimiento humano» marco para el porvenir las causas mayoritarias de nuestras desgracias históricas y presentes.
¡Aquel genio! Que tuvo la brillante idea de que dejáramos de intercambiarnos un salchichón por una libra de arroz o un par de zapatos y «comenzáramos» a «aceptar» «metales redonditos y tallados» a cambio de lo que necesitáramos, jamás «midió» las consecuencias de lo que desataba.
Almacenar embutidos o cualquier bien perecedero «mantenía a raya», hasta cierto punto, las ambiciones humanas ya que, o se consumía rápido… o se perdía.
En cambio «las moneditas» podrían estar almacenadas ¡por siglos! Sin deteriorarse.
Pronto aparecieron los «acumuladores» que llenaron habitaciones de monedas a las que luego «alivianaron» con papel.
Ya no era válido el intercambio de mercancías, ahora todo se «intercambiaba» con «aquel» papel «autorizado», algo así como el famoso «pasaporte» de la vacuna COVID que pronto se «hará» menester tener a cambio de ser «ermitañizado» por la «transparencia pública».
Ese afán de tener dinero nos ha «deshumanizado» al punto que «la trascendencia humana» se ha «estancado» pues «pocos» buscan alcanzar esa «humanidad» de antaño en lo que «la búsqueda» espiritual era prioritaria en «ese» afán por saber ¿quiénes somos y qué carajo buscamos aquí en la tierra?
Ir más allá de lo perceptible e inteligible ya no es una prioridad porque ahora «la gente» no se quiere ir hacia «ese abismo desconocido» que se coloca detrás de nuestra cabeza…
La meta es llenar las habitaciones de dinero y «con este» «alcanzar el paraíso» aunque sea por un «ratito».
Es algo así como llenarse la cabeza de drogas en la noche y despertar sin saber quién diablos es uno, bueno, independientemente de la nota «eso» tampoco lo sabemos en la sobriedad…
La trascendencia humana, lleva siglos y siglos varada por estériles ambiciones. Generación tras generación no han querido «sacrificarse» en promover un bienestar general y han labrado el egoísmo individual o grupal de un pueblo.
Consecuencia de ello vemos como se nos repiten los dictadores, emperadores, visires, sultanes, faraones…
Como hemos perfeccionado armamentos para destruir ciudades enteras.
Como reducidos grupos empresariales acaparan para si lo que nunca podrán consumir en doscientas «reencarnaciones» de infinitas generaciones.
Lo humano está podrido y necesita con urgencia ser descartado. Sino dejamos de ser «lo que somos» terminaremos destruyéndonos.
Hay que dejar de ser chino, ruso, americano o africano. Hay que ir más allá de lo perceptible e inteligible. Hay que trascender lo humano y convertirnos en otra cosa, marcianos, jupiterianos, venusinos, ¡lo que sea! Porque esta cualidad humana es una cualidad fallida. ¡Salud!. Mínimo Caminero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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