El corazón de las entidades sociales de los pueblos y barrios marginales late de alegría al conocerse las designaciones, por parte del presidente electo, Luis Abinader, de Francisco Peña Guaba y de Gloria Reyes, quienes a partir del 16 de agosto serán los encargados del Gabinete de Políticas Social y del programa Progresando Con Solidaridad, respectivamente.
Nosotros, además de comunicador social, en nuestro barrio 27 de Febrero presidimos una organización de la sociedad civil, legalmente constituida en el marco de la ley 122-05, sin fines de lucro, la cual lleva por nombre Comité de Amigos del Barrio 27 de Febrero, Inc. (Cabf), la que a pesar de la labor social, educativa, de salud y de protección del medio ambiente que realiza no recibe fondos públicos, pero aun así dentro de sus precariedades se abre paso al caminar, haciendo el esfuerzo del nadador, que en un mar de aguas turbulentas no desmaya, chapalea y extiende sus brazos hasta alcanzar la meta.
El Cabf es el malabarista que a pura concentración lucha por mantenerse en la cuerda por tiempo indefinido, es el pequeño garrochista que para lograr el premio tiene que dar el brinco del gigante. El es el corazón que quiere mantener su latido en el cuerpo de su comunidad, el que con sus manos extendidas pide pan para repartirlo entre los carentes y pobres de solemnidad.
Es por ello es que felicitamos a Tony Peña y a Gloria Reyes, dos jóvenes comprometidos política y socialmente con las comunidades, por lo que, albergamos la gran esperanza de que ellos caminarán agarrados de las manos junto a las Ongs y a las instituciones de base para ejecutar labores de asistencia social de cara al desarrollo, progreso y bienestar de nuestras localidades.
Cabf representa la mística y la visión de una institución que practica la nobleza y que, desde su horizonte cristaliza su praxis y con afán, tesón y ardor trabaja y lucha para que el barrio alcance su verdadero desarrollo. Es una entidad consciente de que en los barrios donde hace vida hay gente alejada del pastel, con familias sin techo, niños sin escuelas y jóvenes sin espacios para su desarrollo, es de ahí que el Cabf ha encendido el pebetero del amor, el cual no quiere que por falta de recursos y diligencias su llama se apague.
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