Noticias (ONU).- El tema del Día de la Higiene Menstrual de este año es “Acción e Inversión en Higiene y Salud Menstrual”. El día se observa el 28 de mayo porque los ciclos menstruales tienen una duración media de 28 días y las personas menstrúan cinco días al mes como promedio, y mayo es el quinto mes del año.
Ciudad de México.- Cuando era adolescente, Sofía Blanco vivía mes con mes una angustia específica: que la sangre de su ciclo menstrual tiñera de rojo el blanco prístino de su uniforme escolar. No era la sangre en sí lo que le generaba temor, sino las burlas y acusaciones de sus compañeros si unas cuantas gotas llegaban a filtrarse de su toalla higiénica.
Aunque es natural para más de la mitad de la población, Sofía, como miles de niñas, mujeres y personas menstruantes en todo el planeta, había aprendido a avergonzarse de su cuerpo.
“Nos ponía muy nerviosas por si nos manchábamos. Comienzas a menstruar y el temor era que te mancharas y no hubiera ningún lugar que te pudiera prestar o dar una toalla. Me daba angustia mancharme y me afectaba mucho el señalamiento de que algo no saliera bien, sentirme muy expuesta, ser mirada por las demás personas”.
Aunque han pasado más de 20 años desde la historia de Sofía, la realidad no ha cambiado para miles de niñas en México. En pleno siglo XXI, hablar de la menstruación todavía es un tabú y a este proceso natural lo rodean decenas de prejuicios y estigmas.
Dignidad y derechos humanos
De acuerdo con datos del programa Higiene Menstrual del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en el país 43% de las niñas y adolescentes prefieren quedarse en casa que ir a la escuela durante su periodo menstrual; 30% utiliza papel higiénico en lugar de toallas sanitarias; 66% piensa que los baños en sus escuelas están sucios; y 73% se lava las manos sin jabón.
El efecto va mucho más allá de sólo unos días al mes; para muchas de ellas es posible que dejen de asistir a clases e interrumpan su aprendizaje, lo que hará que disminuya su participación activa en la sociedad y se genere desigualdad, señala UNICEF.
La menstruación se vuelve parte de este fenómeno de reducción de oportunidades al seguir siendo un tabú, lo que reduce perspectivas de salud, bienestar y educación para millones de niñas y mujeres adolescentes en todo el mundo.
La ONU considera que contar con disponibilidad y acceso a agua segura, que los baños o letrinas estén en las mejores condiciones, y que haya acceso a productos para la menstruación es fundamental para tener una vida digna y para el cumplimiento de los derechos humanos.
Además, 24% de las niñas y adolescentes en edad escolar tienen miedo de manchar su ropa o que se note su menstruación; y en la mayoría de los casos sus dudas las resuelven por internet o con familiares y amigas, aunque no se sabe la calidad de la información que reciben, de acuerdo con información del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Pobreza menstrual, un tema de salud y derechos
La pobreza menstrual es la falta de acceso a productos y a condiciones de seguridad e higiene, como baños privados y limpios y agua corriente para cambiarse y asearse. La carencia de estos insumos lleva a las personas menstruantes a utilizar trapos viejos, calcetines, bolsas de plástico e incluso pedazos de cartón para gestionar su menstruación.
En el corto y mediano plazo, utilizar este tipo de artículos sin contar con las condiciones para esterilizarlos puede ocasionar infecciones vaginales y en el tracto urinario.
En la Ciudad de México, que tiene la mayor aportación al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, el gasto mensual de dos personas en productos de gestión menstrual puede llegar al 6% de los ingresos de una familia, de acuerdo con datos de la organización Menstruación Digna México.
En el marco del Día Mundial de la Higiene Menstrual, que se conmemora el 28 de mayo, Gabriela Rivera, oficial nacional de Salud Sexual y Reproductiva de UNFPA en México consideró que la pobreza menstrual limita el acceso al derecho a la salud y la educación.
“El manejo de la higiene menstrual es un tema de derechos humanos, tiene que ver con igualdad de género, salud sexual y reproductiva, educación. Refleja las desigualdades sociales”, dijo.
México comenzará a distribuir productos en comunidades indígenas
El pasado 2 de marzo de 2021, el congreso del estado de Michoacán, en el centro de México, aprobó modificaciones a la Ley de Educación para distribuir de manera gratuita toallas sanitarias y tampones a personas menstruantes en escuelas públicas de la entidad.
También llevar la educación sexual y menstrual a los currículos y planes de estudios, y a los libros de texto gratuitos; y capacitar al personal educativo para brindar orientación en la materia a las y los alumnos que la necesiten.
El programa arrancará a partir del próximo ciclo escolar, en agosto, en 180 escuelas de educación básica localizadas en 20 municipios, los más pobres del estado, con población mayoritariamente indígena: nahuas, mazahuas, otomíes y purépechas.
Se extenderá, conforme haya presupuesto, al resto de las escuelas públicas del estado de primaria, secundaria y preparatoria, y posteriormente a las de nivel superior o universitario.
El secretario de Educación del estado, Héctor Ayala, dijo en entrevista que a las escuelas se les dotará con kits menstruales que contendrán toallas sanitarias y jabón y se entregarán de manera mensual a 5 mil niñas y adolescentes de quinto y sexto de primaria, y los tres grados de secundaria.
Uno de los puntos más importantes de lo que se aprobó es que se incluye a las personas menstruantes, lo que quiere decir que la Ley ampara, por ejemplo, a los hombres trans que continúan menstruando.
A nivel federal, la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley General de Educación para que las autoridades de salud en los 32 estados faciliten el acceso gratuito a toallas sanitarias, tampones y/o copas menstruales en las escuelas públicas de primaria, secundaria y bachillerato.
Para que la reforma pase, es necesario que el Senado de la República la analice y apruebe por mayoría.
Menstruar no debería ser un privilegio
Anahí Rodríguez es vocera de la colectiva Menstruación Digna México que, junto con otras organizaciones, impulsó los cambios legales en Michoacán. Cuando comenzó a menstruar no salía a jugar con sus compañeros a la hora del recreo, y durante las clases, intentaba permanecer quieta en su pupitre por temor a mancharse.
Tenía miedo de sufrir las burlas de sus compañeros de clases, como le ocurrió a otra niña.
“No quería salir ni me paraba nada, nada justamente por el temor o el miedo de mancharme. De repente si me paraba, era como irme pegada a la pared, me iba al baño a cerciorarme de que todo estuviera bien y trataba de no moverme. Para mí era inmovilizante este miedo de ‘se van a burlar’. En ese momento no entendía que estaba pasando y nunca pregunté en mi familia. Le tenía mucho repudio y estaba muy inconforme con estar menstruando”, relató.
Uno de los principales problemas en Michoacán es que el ausentismo temporal por causa de la menstruación puede evolucionar hacia una cuestión permanente, hasta que las niñas y adolescentes se vean forzadas a abandonar la escuela.
Dejar inconcluso su trayecto académico las pone en mayor riesgo y situación de vulnerabilidad ante embarazos adolescentes, violaciones sexuales y matrimonios forzados.
Es por ello que Anahí consideró “un gran avance” lo que se logró en Michoacán: “vamos a erradicar el ausentismo escolar a causa de la menstruación, o por lo menos lo vamos a intentar”, señaló.
“La menstruación es un privilegio para algunas personas, cuando debería ser un derecho para todas menstruar con dignidad o cuando menos tener los productos al alcance”.
Derribar estigmas
En la ley michoacana, se contempla ampliar la información contenida en los libros de texto gratuitos que se distribuyen en la entidad, capacitar a los maestros y maestras e incluir la menstruación en los planes de estudios, para derrumbar los prejuicios que rodean a la menstruación, y que esta no se enseñe a las niñas como un desecho desagradable y sucio que ocasiona vergüenza, sino como una parte del ciclo de la vida.
Sofía Blanco actualmente es activista por la salud menstrual. Trabaja en la colectiva Mujeres Aliadas que impulsó las reformas a la Ley de Educación en Michoacán y se dedica, entre otras cosas, a ofrecer talleres de elaboración de toallas sanitarias de tela para niñas, niños y adolescentes, con el objetivo de normalizar la menstruación; la colectiva también participa en la elaboración de los contenidos educativos que se impartirán en las escuelas.
El objetivo será derribar los tabúes en torno a la menstruación: la sangre menstrual no huele mal, es un fluido; una persona puede estar de mal humor sin que se le atribuya a su ciclo menstrual; la menstruación no incapacita a quienes la viven, por ejemplo.
“En este mundo donde hay tanta violencia, hablar de que esta sangre es de vida y no de muerte, es lo que le diría a mi yo adolescente; que somos cíclicas y que esto lo han pasado otras mujeres, que estamos juntas, que no estamos solas”, finalizó.
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