Andrew Simon/MLB.com
A los seres humanos nos encantan los números redondos y los jugadores de béisbol no son la excepción.
Quinientos jonrones y 3,000 hits son cifras sagradas para los bateadores, así como lo son las 300 victorias y los 3,000 ponches para los lanzadores. Otras formas de análisis más avanzadas les han quitado peso a algunas estadísticas tradicionales, pero hay hitos que siguen siendo reverenciados dentro del juego.
A medida que los jugadores se van acercando al final de sus carreras, estos números redondos se convierten en especies de metas, algo que conseguir antes de despedirse del béisbol. Por supuesto, eso no significa que todos sean capaces de alcanzar esos objetivos.
Aquí los dejamos con 11 jugadores que se quedaron muy cerca de su objetivo.
Lou Gehrig: 493 jonrones, 1,995 carreras empujadas
Ésta es una historia tan trágica como conocida. Si el cuerpo del Caballo de Hierro no lo hubiese traicionado, no hay dudas de que hubiese pasado de largo de los 500 vuelacercas y las 2,000 remolcadas, y posiblemente también de 3,000 hits (se retiró con 2,721). Pero Gehrig empezó a sentirse débil y apático, su producción cayó y eventualmente fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica, la enfermedad debilitante con la que se le asociaría desde entonces. No volvió a jugar y se murió antes de cumplir los 38 años en 1941, aunque no sin antes ofrecer aquel famoso discurso en Yankee Stadium en el que dijo que era “el hombre más afortunado en la faz de la tierra”. A pesar del prematuro final su carrera, Gehrig sigue siendo séptimo de todos los tiempos en empujadas.
Al Kaline: 399 cuadrangulares, 498 dobles
Kaline es quizás uno de los más subestimados miembros del Salón de la Fama y haberse quedado tan cerca de un par de cifras redondas probablemente sea parte del motivo. Mr. Tiger consiguió pasar la barrera de los 3,000 hits en su última temporada en 1974, retirándose con 3,007. Pero mientras la longevidad ciertamente abultó sus números finales, el poder de Kaline también sufrió por haber pasado los mejores años de su carrera en una época favorable a los lanzadores. Además, tuvo que batallar con numerosas lesiones que le permitieron promediar apenas 125 juegos por año en sus últimas 13 temporadas, aunque nada de eso evitó que entrara al Salón de la Fama en su primera oportunidad en 1980.
Fred McGriff: 493 vuelacercas
Sólo Gehrig llegó más cerca que McGriff a la marca de 500 jonrones sin lograr alcanzarla. Parecía que el temible toletero zurdo iba a llegar allí cuando sacó 30 cuadrangulares a los 38 años por los Cachorros del 2002. Pero tras una década y media de envidiable durabilidad, tuvo que batallar con las lesiones y sólo pudo añadir 13 a su cuenta en 86 partidos con los Dodgers en el 2003. McGriff recibió otra oportunidad al año siguiente con Tampa Bay, pero le fue muy mal y los Devil Rays lo dejaron libre en julio. Ahora que McGriff salió de la boleta del Salón de la Fama en el más reciente ciclo de votación, es difícil no preguntarse cómo hubiesen ayudado a su causa siete bambinazos adicionales. De no haber perdido dos meses durante el pico de su carrera en 1994 debido a la huelga, quizás no tuviésemos que preguntarnos eso.
Andrés Galarraga: 399 jonrones
El Gran Gato es mejor de lo que muchos recuerdan, un talentoso bateador cuya carrera fue una especie de montaña rusa. El venezolano había dado 116 cuadrangulares para los 31 años, antes de que su carrera renaciese tras una mudanza a Colorado. Galarraga siguió siendo un efectivo bateador hasta los 43 años, a pesar de perderse toda la campaña de 1999 y parte de la del 2004 batallando y venciendo el cáncer. Galarraga conectó su jonrón 399 el 1ro de octubre del 2004 y firmó con los Mets en diciembre de ese año, pero con su puesto en el roster en duda en medio de una mala pretemporada en el 2005, decidió decir adiós. “Simplemente no estaba jugando de acuerdo con las expectativas que he puesto para mí mismo durante mi carrera y quería despedirme bajo mis propios términos”, dijo Galarraga.
Dale Murphy: 398 cuadrangulares
Pocos han sido tan buenos durante sus mejores años como Murphy, quien ganó dos premios al JMV de la Liga Nacional y tenía 310 jonrones tras su temporada de 31 años, ritmo similar al de miembros del Salón de la Fama como Mike Schmidt, Reggie Jackson, Willie McCovey, Eddie Murray y Frank Thomas. Pero Murphy no pudo mantener ese paso. Conectó apenas 86 cuadrangulares en las siguientes cuatro campañas a pesar de jugar casi todos los días, y luego otros dos en 1992, cuando una lesión de rodilla lo dejó jugar en sólo 18 cotejos. Murphy firmó con los Rockies en 1993, pero no dio bambinazo alguno en 26 partidos, lo que lo llevó a retirarse.
Luis González: 596 dobles
Sólo 17 jugadores han dado 600 dobletes y nadie estuvo más cerca de esa marca sin alcanzarla que González. Conocido más por los 57 bambinazos que largó en el 2001 o su hit de oro para ganar la Serie Mundial ese mismo año con los Diamondbacks, González es uno de apenas 13 jugadores con cuatro temporadas o más de 45 dobles, incluyendo un tope personal de 52 en el 2006. Incluso ya con 40 años con los Marlins del 2008, pegó 27 batazos de dos bases en 387 visitas al plato, pero no fue suficiente para llegar a los 600. González quería seguir jugando en el 2009, pero nunca encontró contrato y se retiró para unirse a la directiva de los D-backs, donde sigue laborando.
Ian Kinsler: 1,999 hits
Jimmy Collins, quien hizo carrera durante la época de la bola muerta, también conectó 1,999 hits y está en el Salón de la Fama, así que esa quizás sea una buena señal para el subestimado Kinsler. El intermedista, cuatro veces convocado al Juego de Estrellas, parecía encaminado a llegar a los 2,000 hits cuando firmó por dos años con los Padres antes de la temporada del 2019, necesitando sólo 57 imparables más. Pero Kinsler bateó apenas .217. Una lesión en la espalda lo sacó de acción en la recta final del 2019 y eventualmente lo obligó a retirarse.
Tommy John: 288 victorias
Con la excepción de Roger Clemens — por razones que no tienen nada que ver con su récord como lanzador – cada uno de los 24 serpentineros que han ganado 300 juegos están en el Salón de la Fama. Y nadie desde la llegada del Siglo XX estuvo tan cerca de hacerlo, sin conseguirlo, que John. No se puede decir que no lo intentara. El zurdo lanzó por 26 campañas en las Mayores, las últimas 14 luego de que el doctor Frank Jobe reconstruyese su ligamento colateral cubital con un procedimiento que terminaría siendo conocido como la cirugía Tommy John. Pero tuvo efectividad de 5.80 en 10 aperturas por los Yankees en 1989 antes de ser dejado libre a finales de mayo, poco después de cumplir 46 años. No recibió más oportunidades.
Bert Blyleven: 287 ganados
Después de 14 años en la boleta del Salón de la Fama, Blyleven finalmente entró a Cooperstown en el 2011. Pero la pelea seguramente no hubiese sido tan dura si el derecho hubiese ganado otros 13 juegos durante su carrera de 22 temporadas en MLB. Desafortunadamente para Blyleven, tras un resurgir en 1989 a los 38 años, problemas en el hombro lo afectaron la campaña siguiente y lo mantuvieron fuera por todo 1991. Logró regresar para ganar ocho partidos en 1992 y firmó con los Mellizos para 1993, pero una mala primavera evitó que se ganara un puesto en el roster.
Billy Pierce: 1,999 ponches
Sin ser un lanzador corpulento, Pierce tiraba bien duro, hasta el punto de encabezar la Liga Americana en ponches en 1953 con los Medias Blancas. Ésa fue una de las siete campañas en las que fue al Juego de Estrellas, siendo la última de ellas en 1961, cuando lesiones de cadera y hombro empezaron a afectarle. Pierce lanzó principalmente como relevista durante sus últimas dos campañas y sus dos ponches en tres innings el 3 de octubre de 1964 lo dejaron a uno de los 2,000. Sin embargo, anunció su retiro al final de esa temporada, asegurando que no quería pasar más tiempo lejos de su familia.
Johan Santana: 1,988 ponches
El total de ponches de Santana es señal de dos cosas: El increíble talento del lanzador venezolano y las lesiones que apenas lo dejaron lanzar después de los 30 años. El zurdo tenía más ponches para los 31 años (1,877) que Justin Verlander, quien se convirtió en el 18vo miembro del club de los 3,000 ponches en el 2019. Y ningún serpentinero que haya terminado su carrera con menos de 2,300 entradas ponchó a más rivales que Santana. Desafortunadamente, el dos veces ganador del Premio Cy Young de la Liga Americana fue operado dos veces del hombro y durante un intento por regresar, se fracturó un tobillo, lanzando en sólo 21 juegos después de los 31 años. Intentó volver con los Orioles y Azulejos, sin éxito, y a pesar de lo bueno que fue durante sus mejores años, no pudo mantenerse en la boleta del Salón de la Fama tras recibir sólo el 2.4% de los votos en su primer año de elegibilidad.
Andrew Simon es analista e investigador de MLB.com.
https://www.mlb.com/es/news/jugadores-que-quedaron-cortos-de-grandes-hitos
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