Santo Domingo (República Dominicana).- El ex secretario de Estado de las Fuerzas Armadas dominicanas, José Miguel Soto Jiménez, calificó de irregular, improcedente e insolente, la carta de “asociados milicos” haitianos al presidente Luis Abinader.
“Además de irregular, improcedente, insolente, llena de amenazas veladas, cifra intenciones en citas históricas que se responden recordándoles, por si acaso, a Beller, La Estrelleta, Santomé y muchas glorias más”, expresó Soto Jiménez en varios twits publicados en su cuenta.
Precisó que Haití “no es un peligro militar para nuestras Fuerzas Armadas en un eventual conflicto bélico, pero es la más grave amenaza planteada jamás a la integridad de la República Dominicana. Defender la Nación no es una elección es una obligación permanente y necesaria”.
“Que nadie se juegue con los dominicanos, los que se atrevieron a agredirnos siempre fueron vencidos y siempre será así, no tengo la menor duda. Por eso nos han llamado el David del Caribe. La voluntad del Pueblo es invencible, porque su razón es justa y valedera”, indicó Soto Jiménez.
Señaló que “preferimos estar desactualizados y ser anticuados que vencidos por una apatía e indiferencia, para algunos oportunista, que después podemos lamentar. Afortunadamente la Nación no está dormida, está despierta en los dilemas de una democracia que nos ha costado mucho”.
“Nuestra victoria es nuestra permanencia y supervivencia como Nación, todos juntos en la Patria y por la Patria, para resolver todos nuestros grandes problemas y nuestras grandes crisis”, dijo Soto Jiménez, también miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua.
En su carta al presidente Abinader, la Asociación de Militares de Haití reaccionaron a la solicitud de ayuda hecha por el presidente Abinader en su discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas (ONU) a favor del vecino país.
Además, en la misiva, enviada el 29 de septiembre y publicada el jueves 7 de octubre por el periódico haitiano Le Nouvelliste, los militares haitianos señalan al mandatario dominicano que la solicitud de ayuda “parte de buena naturaleza, sin embargo, la historia de nuestros dos pueblos, así como las recomendaciones de la ONU, deben invitarlo a ser cauteloso en cuanto a la delicadeza de tal enfoque”.
Igualmente, consideran que la calificación de “crisis haitiana como factor de inseguridad en la región es un llamado directo a la aplicación del Capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas que nos ha valido 23 años de ocupación con el bono adicional del cólera, la proliferación de bandas armadas y hoy un Fuerza policial implosionada: experiencias dolorosas que ningún haitiano desea revivir, bajo ningún pretexto, ya sea de ayuda humanitaria, de cooperación bilateral, regional o internacional”.
La carta:
La Asociación Militar Haitiana toma nota de su reciente declaración ante el foro de la ONU sobre la crisis haitiana y le agradece su evidente interés en la causa de Haití. Particularmente desde la tragedia de Pont del Río donde espontáneamente se reunieron más de doce mil haitianos luego de un viaje de tres meses, pasando por las fronteras de más de siete (7) países para llegar, de incógnito, a las fronteras de Texas.
Sus diligentes acercamientos a las naciones hermanas de América Latina parecen partir de un ímpetu emocional que contradice el sacrosanto dogma geopolítico según el cual los estados solo tienen intereses, nunca amigos … pero entendemos que como Presidente de un país que vive casi exclusivamente de turismo, está alarmado por la posibilidad de tal escenario en la frontera haitiano-dominicana.
Algunos de sus críticos, en análisis apresurados por decir lo mínimo, han tratado de prestarle inclinaciones oportunistas para el liderazgo regional, otros han caricaturizado una cierta similitud inversa con la actitud magnánima de nuestros ilustres antepasados Alexandre Sabès Pétion y Jean-Pierre Boyer hacia todos los países. America latina; tantas opiniones que cuestionarían la nobleza de su enfoque.
Si su solicitud activa, por lo tanto, parte de una buena naturaleza, sin embargo, la historia de nuestros 2 pueblos, así como las recomendaciones de la ONU, deben invitarlo a ser cauteloso en cuanto a la delicadeza de tal enfoque. Su calificación de la crisis haitiana como factor de inseguridad en la región es un llamado directo a la aplicación del Capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas que nos ha valido 23 años de ocupación con el bono adicional del cólera, la proliferación de bandas armadas y hoy un Fuerza policial implosionada: experiencias dolorosas que ningún haitiano desea revivir, bajo ningún pretexto, ya sea de ayuda humanitaria, de cooperación bilateral, regional o internacional.
Señor Presidente,
Mejor que nadie, la República Dominicana sabe que las Fuerzas Armadas de Haití pueden resolver este importado neobandolerismo que no está inscrito en ningún lugar del registro de delitos conocidos en nuestra sociedad.
El equipamiento y la modernización del Ejército Dominicano han permitido que su Policía sea eficiente, el desarrollo económico de su país está íntimamente ligado al rol omnipresente del Ejército en casi todas las esferas de su economía.
Por nuestra parte, seguimos convencidos de que colocados en las mismas condiciones y con menos de un tercio del equipamiento del Ejército dominicano, las Fuerzas Armadas de Haití, incluso embrionarias, sabrán marcar la diferencia.
Señor Presidente,
En conclusión, en lugar de las conferencias sobre Haití, mejor que la promoción de la industria humanitaria, agradeceríamos más si compartiera con nosotros la enriquecedora experiencia del aporte de su ejército en la economía dominicana, que eduque a sus fuerzas de defensa para que aseguren su línea fronteriza para que sea impermeable al tráfico de armas y sustancias ilícitas, que participe e invite a las naciones hermanas de América Latina a participar en la incidencia para el levantamiento del embargo a la importación de armas y equipos militares para el Fuerzas Armadas de Haití, y finalmente que tiene el origen de las inversiones de ciertos exfuncionarios haitianos en la República Dominicana investigada.
A diferencia de las sirenas de algunos políticos, los haitianos son un pueblo guerrero fuertemente apegado a su identidad militar, celoso de la historia de su país, una Nación fundada en victorias y valores militares.
En este contexto de crisis multifacética, el fortalecimiento de nuestras Fuerzas Armadas, en rol vector de transformación del país, es la única ayuda que nos gustaría recibir de sus pasos, tanto para la preservación de las buenas relaciones haitiano-dominicanas. en cuanto a la estabilidad de la estabilidad.
Reciba, señor presidente, nuestro agradecimiento anticipado.
Ashley Laraque, ex leopardo
Tesorero
Yo. Joseph D. Alexandre, Mjr. Res. FADH
Secretario Ejecutivo
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