Por JS Campo Gutiérrez
La salud en República Dominicana es un rehén de la burocracia y la negligencia, no cabe duda
La historia de mi hermana, paciente de cáncer de mama con metástasis en la cadera, es un reflejo de la cruda realidad que enfrentan muchos dominicanos al intentar acceder a servicios de salud dignos a través del Seguro Nacional de Salud (SENASA). Su caso no es aislado, sino un síntoma de un sistema que parece priorizar las ganancias sobre la vida humana.
Mi hermana necesita con urgencia un tratamiento de radioterapia para frenar el avance del cáncer. Sin embargo, SENASA se niega a cubrir el costo total del procedimiento, a pesar de que su póliza incluye una cobertura de dos millones de pesos para casos oncológicos. La justificación: el tratamiento prescrito por los médicos no se encuentra dentro del «paquete de beneficios» de mi hermana. Es la respuesta simple de SENASA.
Es increíble que el procedimiento tenga un costo de 300 mil pesos y que SENASA diga que no puede cubrirlo y que además ofrezca una respuesta insensata. La entidad propone una solución que está muy lejos de las indicaciones que el grupo de médico prescribió a mi hermana.
¿Cómo es posible que un seguro, financiado con fondos públicos, se convierta en un obstáculo para la salud y la vida de los ciudadanos? ¿Cómo es posible que SENASA ofrezca un tratamiento alternativo que los médicos consideran ineficaz, poniendo en riesgo la salud de mi hermana?
La respuesta de la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados (DIDA) es igualmente alarmante: SENASA alega que el tratamiento no está en el paquete de beneficios. ¿Acaso los derechos de los afiliados están sujetos a la arbitrariedad de un seguro que parece estar por encima del Estado? ¿Acaso el Estado dominicano insiste en no cumplir con una de sus principales funciones, como es la de velar por el bienestar de los ciudadanos?
Lo peor de todo es que mientras se hacen las gestiones de lugar, hay una lucha contra el tiempo, ya que los tumores cancerosos no paran de crecer. Y ya todos sabemos lo que significa esto. SENASA es una entidad que lo que hace es, en términos prácticos condenar a muerte a mucha gente.
Por otro lado, esta situación no solo evidencia la falta de empatía y profesionalismo de SENASA, sino también la fragilidad de un sistema de salud que debería garantizar el bienestar de todos los dominicanos. La burocracia excesiva, la falta de transparencia y la priorización de los intereses económicos sobre la salud son problemas que requieren una atención urgente.
La salud no es un negocio, es un derecho fundamental. No podemos permitir que SENASA, ni ninguna otra institución, juegue con la vida de las personas. Es hora de que el Estado asuma su responsabilidad y garantice el acceso a servicios de salud dignos y oportunos para todos los ciudadanos.
Exigimos una revisión urgente de las políticas de SENASA y una intervención inmediata para que mi hermana reciba el tratamiento que necesita. Cualquier empeoramiento de su salud será responsabilidad directa de SENASA y de los funcionarios que no actúen con prontitud.
La salud de mi hermana y la de muchos otros dominicanos no pueden esperar. Es hora de que el Estado demuestre que la vida y la salud de sus ciudadanos son su máxima prioridad.
universalpren@yahoo.com
(El autor es un periodista y escritor residente en los Estados Unidos).