A Pleno Sol
La educación es lo único que nos salvará de cara al futuro. Los países que no logran adecuar un sistema educativo que sea eficiente, se pierden en la vorágine del tiempo. En República Dominicana tienen que ser reforzado el sistema educativo y evitar las deserciones.
Hay grandes diferencias, totalmente insalvables, entre la educación privada y la pública. Desde hace años las escuelas dominicanas atraviesan por un proceso de desgano, que va desde la apatía de profesores, hasta el accionar de autoridades, que no aplican los programas correctos.
La educación pública tiene que dar un salto adelante, y equipararse a los mejores colegios, donde estudian los hijos de la élite económica y social. Con una brecha escolar, ellos van a seguir siendo los más capacitados, y los que inclinarán la balanza social hacia sus deseos y apetencias.
Por lo pronto, lo ideal es que se debe lograr buenas relaciones entre la >Asociación Dominicana de Profesores y el ministerio de Educación, para ir preparando el próximo año lectivo, y salvar todos los escollos y fallas que se dieron tropiezos en el actual.
Ya este año escolar termina, con todos sus inconvenientes, propio de abrir las aulas en momentos de pandemia. Con todos los inconvenientes, ha sido un año aceptable. Se ha logrado dar docencia, aunque en muchas ocasiones se instruyó sin tener a mano libros de textos, y faltaron profesores, con un déficit que se va supliendo gracias a las ofertas de buenos salarios.
Ahora mismo hay nuevas luchas, para poder enfrentar los viejos problemas, y tener capacidad de planificar y prevenir los nubarrones en lontananza. Como ayer, el analfabetismo es asfixiante. La escuela no garantiza que la mayor parte de la población esté alfabetizada.
Se hacen jornadas mediáticas de alfabetización y se abandonan. Las vitales clases nocturnas ya se han olvidado. Las obreras y los obreros carecen de instrucción básica, y solo venden su fuerza de trabajo. Cuando terminan sus labores, es necesario abrirles las puertas de la escuela.
Hay una deserción masiva de las aulas. Un país sin una educación básica fuerte, no tendrá buenos técnicos ni universitarios que ofrecerán en cuatro o cinco años sus servicios al país. Solo las élites sociales pueden subsistir en medio del abandono. Tienen los recursos económicos, y saben el poder mediático que da recibir una buena enseñanza.
Sin educación es imposible establecer una lucha frontal contra la pobreza, la delincuencia y las adolescentes embarazadas. Todo este cuadro se inscribe en el abandono social y la exclusión de los medios de producción. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
manuel25f@yahoo.com
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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