San Juan (Puerto Rico).- Los éxitos del cantante, compositor y guitarrista puertorriqueño, Cheíto González, conocido como el «Jilguero Arecibeño», volvieron a sonar en un homenaje que reunió a decenas de personas en la plaza de su pueblo natal, Arecibo, al cumplirse 59 años de su deceso.
Hasta allí llegaron autoridades municipales, líderes cívicos, artistas, promotores, y seguidores denominados «cheístas», procedentes de distintos puntos de la isla, todos admiradores de quien es considerado una de las mejores voces de Puerto Rico.
El líder cívico y cultural Tito Correa, organizador del evento, destacó que Cheíto González representa una figura icónica en el género del bolero, con aportes invaluables por su calidad como cantante e intérprete.
«Su voz distinguió por su gran potencia y afinación. Cheíto hacía primera, segunda y tercera voz, lo que no es frecuente y tenía una manera diferente, una magia especial para interpretar el bolero», expresó Correa.
Dijo que por esas razones, las canciones de «El Jilguero Arecibeño» siguen figurando entre las más solicitadas, pese a que han pasado más de cinco décadas desde su muerte.
El intérprete inició como segunda voz del Trío Miramar donde obtuvo amplio reconocimiento. Luego, con el también boricua Rey Arroyo, dio vida al Trío Santurce. Y con los hermanos Gilberto y Raúl Puente formó el famoso Trío Los Tres Reyes de México.
«Una voz inconfundible, muy versátil, con la que jugaba magistralmente; eso fue lo que abrió a Cheíto las puertas del éxito, en mercados como New York y México, pero también en República Dominicana, Venezuela, Panamá y otros. Todas las velloneras de estos países sonaban repetidamente sus canciones. Ya era famoso en los años ’50 «, indicó, Tito Correa, organizador del evento.
Cambios en el bolero
El promotor cultural señaló, además, que Cheíto González tiene el mérito de haber revolucionado la manera de cantar bolero.
«Cantaba con un estilo propio, muy novedoso para la época. Además es muy afinado y de muy buena dicción. Y sigue influenciando a cantantes que hoy destacan en Puerto Rico», remató.
Sostuvo que el vocalista llegó a grabar cerca de 300 canciones en una carrera artística prolífica, pero muy corta, pues murió con solo 27 años de edad.
En su carrera destacan las canciones «Cristal», «Egoísmo», «Fruto amargo», «Diez Lágrimas», «El viejo parquesito», entre otras, muchas de ellas interpretadas durante el homenaje, ante un público emocionado, que bailó e hizo coros desde las gradas del famoso parque de Arecibo, ciudad que no olvida a su jilguero.
Carmen Sonia Velázquez, presente en el homenaje, recordó que su hermano Cheíto con 17 años ya estaba sobre el escenario.
«Yo cantaba sus canciones siendo una niña pequeña», expresó la microbióloga, con una carrera en la industria farmacéutica en Puerto Rico.
A los ocho años Cheíto, dijo, tocaba con perfección la guitarra y que a los doce, como niño prodigio, ganó un programa de talento. Desde entonces comenzó a darse a conocer acompañado del famoso compositor boricua Pepito Lacomba.
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