Washington D.C. – Aunque con la entrada de un nuevo gobierno a la Casa Blanca la libertad de prensa en Estados Unidos ha mejorado, aún queda mucho por hacer para mejorar la actitud hacia la prensa en el país, aseguró a la Voz de América uno de los portavoces de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En su índice anual de la libertad de prensa en el mundo, publicado la semana pasada, Estados Unidos subió un puesto al número 44 en la calificación de 180 países. Aunque el cambio de gobierno en el país trae, para la organización, avances con respecto al trato de la prensa, la desconfianza entre la población hacia los medios y el vilipendio por parte de algunos sectores políticos continúan.
“Las cosas han cambiado en los últimos meses con el cambio en la Casa Blanca”, dijo a la VOA Alfonso Armado, uno de los directores para Europa de Reporteros Sin Fronteras. “La actitud que tenía el anterior presidente sobre la libertad de prensa era penosa”.
El expresidente Donald Trump fue criticado por organismos y reporteros dentro y fuera de Estados Unidos por señalar a los periodistas y medios de comunicación críticos a su gobierno y tildarlos de publicar “noticias falsas”.
Durante la pandemia y en especial las elecciones presidenciales del 2020, el presidente promovió una serie de teorías conspirativas y desinformación —desde tratamientos para el COVID-19 hasta desestimar los resultados electorales. Sus denuncias no estaban respaldas por los pruebas sólidas.
“Esta actitud por parte del ejecutivo ha sembrado una mala imagen de la prensa y como consecuencia ha habido más amenazas y más hostigamientos a periodistas”, aseguró Armada.
Durante una serie de protestas el año pasado —que estallaron por el asesinato de un hombre negro a manos de la policía en Minneapolis—decenas de periodistas fueron arrestados o violentados por las fuerzas del orden.
Al menos 117 periodistas fueron detenidos o arrestados mientras cubrían protestas en Estados Unidos en 2020, según un informe publicado el lunes por el U.S. Press Freedom Tracker, un proyecto de colaboración de dos organizaciones líderes de defensa de la prensa.
El informe, que cubrió los casos hasta el 10 de diciembre, mostró número sin precedentes de reporteros, fotógrafos y equipos de noticias detenidos mientras cubrían protestas en unas 40 ciudades del país. Los arrestos en el 2020 ascienden a más del doble de lo que registró el Tracker en 2017, 2018 y 2019 combinados.
Como consecuencia, en el índice de Reporteros Sin Fronteras Estados Unidos ocupó el puesto 44, por debajo de países europeos (Dinamarca, Estonia, Finlandia) e incluso latinoamericanos: Costa Rica y Uruguay.
“Estados Unidos sigue en un puesto [en el índice] que no se compara con el prestigio del país (…) deja mucho que desear y esperamos que este cambio en la presidencia haga que se mejore el respeto hacia la prensa”, subrayó Armada a la VOA.
El gobierno de Biden ha señalado que “elevar la promoción y la defensa de la democracia y los derechos humanos” es una prioridad en política doméstica y exterior, según dijo el Secretario de Estado, Antony Blinken, en un evento virtual el viernes.
Síntomas subyacentes
A pesar de que la actitud hacia la prensa por parte del ejecutivo ha cambiado, Reporteros Sin Fronteras asegura que aún existen “condiciones subyacentes crónicas” que afectan la libertad de prensa en Estados Unidos.
Entre ellas, citan que “la mayoría de los republicanos [el partido del expresidente Trump] aún creen que las elecciones del 2020 fuero robadas y, por ende, inválidas”. El 55% de las personas que se identifican como republicanas dijeron creer que la victoria de Biden en las elecciones presidenciales fue el resultado del voto ilegal o de fraude, según una encuesta de Reuters/Ipsos publicada a mediados de abril.
Sumado a esto, existe también una prevalente desconfianza hacia los medios de comunicación. Después del asalto al Capitolio —por parte de seguidores de Trump—por primera vez en la historia, menos de la mitad de todos los estadounidenses encuestados dijeron que confiaban en los medios tradicionales, según un estudio de la firma Edelman.
El 56 % de los encuestados dijo estar de acuerdo con la afirmación de que “los periodistas y los reporteros intentan deliberadamente engañar a la gente diciendo cosas que saben que son falsas o exageraciones groseras”.
El “trumpismo” sembró “la idea de que los periodistas mienten sistemáticamente y este desprestigio hace que muchos ciudadanos pongan en entredicho el propio sistema democrático”, sentenció Armada.
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