A Pleno Sol
Las relaciones económicas y diplomáticas con China se deben mantener. El gigante asiático está entre las tres principales economías del mundo, y tiene el mayor núcleo poblacional, listo a comprar y vender a la libre competencia.
De la pasada administración fue un acierto establecer las relaciones diplomáticas con China. Esa acción tuvo su costo político, y de seguro enfrentamientos y enfriamientos con los Estados Unidos, pero era un paso necesario.
Como fue en su momento establecer las relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba. La lucha ideológica llegó a su terminó, la guerra fría es cosa del pasado. Hoy los bloques son económicos y buscan establecerse como nuevos mercados y potencias para la inversión.
Pero sería infantil olvidar que estamos en la zona de influencias de los Estados Unidos. El mantener amplias relaciones económicas con China puede ser mal visto por los norteamericanos. Este es su patio. Para ellos el Caribe es su pertenencia particular.
Hoy es posible establecer relaciones económicas con China, sin tener ataduras en el plano político. Para la potencia de oriente ya es algo olvidado la exportación de la revolución. La lucha ideológica se transformó en la conquista de los mercados.
La expansión económica China ha doblegado y arrinconado a las naciones europeas. Está luchando por los mercados internacionales de tú a tú con los Estados Unidos. Los cambios del mundo hacen imposible que hoy se levante un grupo de guerrilleros de países del tercer mundo con el apoyo de los chinos.
El desmoronamiento del socialismo-comunismo dio paso al capitalismo de Estado dirigido por el Partido Comunista Chino. Hay una amplia transformación donde «lo mejor del campo», con el libro rojo de Mao Tse Tung en el sobaco fue cambiado por las computadoras y la tecnología de nueva generación.
Hay que mantener las relaciones económicas y diplomáticas con China. La República Dominicana está buscando la senda hacia su desarrollo y no puede descartar de golpe y porrazo al que se vislumbra en un futuro como el primer mercado del mundo.
Por situación de geo-política las relaciones con los norteamericanos son vitales. Europa debe ser uno de nuestros principales socios en el desarrollo, pero sería una locura dar la espalda a China. El mundo cambió. Es hora de evaluaciones económicas, y no de estrategias para triunfar en las trincheras guerrilleras. Sin fusiles, pero con inversiones, el oriente es rojo. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
(El autor es periodista residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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