En un momento en que, en contraste con lo que acontece en nuestro país, la Conferencia Iberoamericana de Justicia Constitucional lo escoge como sede de su XIV sesión, el presidente del Tribunal Constitución dominicano, Milton Ray Guevara, con su peculiar manera de ver las cosas al revés y saltar complacientemente de una derecha a la otra, declaró que “percibe un impulso democrático con el fortalecimiento de las garantías constitucionales y el creciente respeto a la Carta Magna para cimentar la prosperidad y la democracia”.
Asimismo lo percibió durante el reinado de Leonel Fernández, artífice de la modernísima trampa constitucional plasmada en la Constitución del 2010, en que se han basado todos los engendros posteriores (neoliberales, autoritarios, colonialistas y mafiosos).
Ahora de su autoría no podía faltar el cinismo que implica, que un país cuyas últimas tres constituciones (la trujillista, balaguerista del 1966 y leonelista del 2010), y las instituciones derivadas de ellas, rompen récords de negación de derechos esenciales, sea escogido para montar un evento sobre “justicia constitucional, ciudadanía y libertad”.
Es una burla que tal Conferencia sea instalada donde en lugar de democracia y libertad impera una mezcla abigarrada de partidocracia y plutocracia, montada sobre una constitución comprobadamente adversa a la justicia y la igualdad; escenario en el que la representación electoral -fraguada en el contexto de la política convertida en negocio y las elecciones en mercado- ha devenido en vulgar usurpación. Claro, que ese es el ambiente apropiado, para que Ray Guevara, experto en poner las cosas patas arriba, exalte ante constitucionalistas extranjeros un «impulso democrático» del país que sólo él percibe.
Frescas están las recientes torturas y asesinatos policiales impregnados de racismo, homofobia y barbarie. Manchado de sangre femenina el suelo patrio. Negado el derecho a la soberanía nacional y popular. Sobrecargada de racismo la gestión estatal y de miseria y abusos esta sociedad, como producto de esta dominación capitalista-imperialista, racista y patriarcal.
Pero Milton y su TC “perciben” lo contrario y no se inmuta frente al rechazo a las tres causales, que atenta contra la vida y derechos fundamentales de nuestras mujeres; lo que no debe extrañar en quienes mataron de un plumazo la ciudadanía de más de 200,000 dominicanos/as de ascendencia haitiana y aplastaron los derechos de la Madre Tierra, despojando de su condición de nacional al Parque Manolo Tavares Justo para complacer intereses de Barrick y Uni Gold, y facilitar sus crímenes ambientales. Esas crueles acciones y complicidades mayores no se pagan ni con muchos años de cárcel.
narsoisa@gmail.com
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).
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