Por Luis D. Santamaría
Mi observatorio
La pregunta que nos hacemos los sectores sociales preocupados por la preservación de la salud del pueblo dominicano es, qué se va a hacer con el montón de cenizas contaminante acumulado que produce la planta termoeléctrica Punta Catalina.
Se debería estar investigando minuciosamente si en verdad esa ceniza sirve para algo útil en que pueda ser utilizar, ya sea reciclándola con grava o gravilla y cemento para la construcción de viviendas de bajos costos para las familias más necesitadas del país.
Podría ser ligada con algo que garantice la resistencia necesaria como para hacer blocks de concreto lo suficientemente resistentes como para ser utilizados en la construcción de viviendas económicas destinadas a la población pobre.
Se habla y se critica mucho sobre el destino final de la bendita ceniza pero no se aportan soluciones al problema que en realidad se debería estar buscando una fórmula viable en que utilizarla en algo beneficioso para todos.
Punta Catalina con poco tiempo en operación ha producido una montaña de desperdicios que crece conforme la termoeléctrica produce energía competitiva desde el punto de vista económico (costo-beneficio), pero ambientalmente muy retadora.
Una entidad que se hace llamar Red de Monitoreo Comunitario de Nizao, de la provincia Peravia, tomó fotos y videos a mediados de diciembre que muestran que las cenizas de las plantas de carbón de Punta Catalina continúan creciendo en altura y extensión.
Por otro lado, pero en sintonía con esta entidad, el Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático llama a las autoridades, especialmente a los jueces del Tribunal Superior Administrativo, que están apoderados de una solicitud de acción de amparo en contra de Punta Catalina.
Esto con la finalidad de que eliminen este inconmensurable foco de contaminación y protejan la salud de más de 100,000 personas directamente afectadas por estas cenizas y por otras fuentes de contaminación de esta central termoeléctrica.
Todo parece indicar que no hay (o no se planteó o proyectó) un plan de manejo de las cenizas de Punta Catalina más allá de que podrían servir para la construcción. La verdad hay que decirla: esto está por verse, partiendo de lo que estamos palpando ahora.
La energía es necesaria, pero también es importante proteger el medio ambiente y la salud de la población. A esto hay que buscarle una solución urgente y definitiva.
Mano a la obra, pónganse a buscar fórmulas viables en qué utilizar la bendita ceniza en beneficio de la colectividad y dejémonos de estar criticando por criticar sin aportar soluciones al problema.
(El autor es periodista residente en Monte Plata, República Dominicana).
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