Mi observatorio
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega ha dado muestra de ser un “gallito de pelea” enemistándose innecesariamente con los distintos sectores sociales que los adversan en Nicaragua y que se oponen a su forma totalitaria de gobernar.
El mandatario de la nación centroamericana debe sopesara la forma incorrecta en que está gobernando a Nicaragua enfrentándose con todos aquellos sectores que se oponen a su forma de gobernar, principalmente a la Iglesia Católica.
La última de sus acciones incorrectas lo constituye el rompimiento de relaciones con el Vaticano como respuesta a críticas que el papa Juan Francisco hizo al presidente nicaragüense a quien tildó de “desquiciado” por su forma incorrecta gobernar.
El presidente Daniel Ortega ordenó la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Vaticano luego de las contundentes declaraciones del papa Francisco calificando al régimen sandinista como “una dictadura grosera, guaranga”.
Según confirmó CONFIDENCIAL, el sitio dirigido por el periodista exiliado Carlos Fernando Chamorro, el régimen adoptó la decisión unas horas después de que se publicara la entrevista en la que, además, el Pontífice comparó al gobierno de Nicaragua con una “dictadura hitleriana”.
Según detalló el medio, la representante del régimen sandinista ante la Santa Sede “comunicó verbalmente” la ruptura de relaciones en la Secretaría de Estado del Vaticano.
El papa Francisco fue muy claro durante la extensa entrevista publicada el último viernes en Infobae. A su entender, el régimen nicaragüense se ha transformado en una dictadura grosera. “Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz.
Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, aseveró Francisco desde su residencia de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, con motivo del décimo aniversario de su papado.
Francisco hablaba de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, quien hace un mes fue condenado a más de 26 años de prisión por delitos considerados “traición a la patria” y un día después de negarse a ser desterrado por el Gobierno de Ortega a territorio estadounidense.
El obispo rechazó subirse al avión que lo llevaría, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, todos opositores, hacia Estados Unidos, lo que provocó la furia de Ortega, que lo tachó de “soberbio”, “desquiciado” y “energúmeno”.
En su análisis, Francisco agregó que “es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas”.
Con la ruptura, Nicaragua ingresó en el grupo de trece países que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: cuatro comunistas (Vietnam, Corea del Norte, China y Laos) y ocho son musulmanes (Somalia, Omán, Mauritania, Maldivas, Islas Comores, Brunéi, Afganistán y Arabia Saudita), el otro es Bután, un reino budista en el sur de Asia.
Será verdad que el hombre está desquiciado
Será cierto que Daniel Ortega está desquiciado como dijera el papa Francisco por su forma incorrecta de gobernar enemistándose con todos los sectores que les adversan
En medio de las continuas tensiones entre Managua y la Santa Sede, según ha informado el portal Vatican News, el representante del Vaticano en Nicaragua ha abandonado el país a consecuencia de la suspensión de las relaciones diplomáticas con ese país.
Las relaciones bilaterales habían estado al borde del colapso después de que el Papa Francisco se refiriera en una entrevista la semana pasada al Gobierno del presidente socialista Daniel Ortega como una dictadura.
El portal indicó que el diplomático, monseñor Marcel Diouf, había viajado el viernes a Costa Rica y que el cierre de la embajada «se produjo como consecuencia de una petición del gobierno nicaragüense».
La custodia de la nunciatura apostólica en Managua ha sido «confiada a la República Italiana», en virtud de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
Las palabras que originaron todo
En una entrevista con el portal argentino Infobae el 10 de marzo, Francisco describió al gobierno de Ortega como una «burda dictadura» dirigida por un presidente «desequilibrado».
En la entrevista, el Papa argentino también expresó su preocupación, sin nombrarlo, por el obispo nicaragüense Rolando Álvarez, quien en febrero fue condenado a 26 años de prisión por «atentar contra la integridad nacional», entre otros cargos.
Álvarez se encuentra bajo arresto domiciliario desde agosto y se negó a ser deportado junto con 222 disidentes políticos a Estados Unidos.
Nicaragua y su posición
Poco después, la cancillería nicaragüense emitió un comunicado diciendo que «se ha propuesto la suspensión de relaciones diplomáticas (con el Vaticano)».
Días antes de los comentarios del pontífice, el gobierno de Managua cerró dos universidades afiliadas a la Iglesia Católica.
Desde 2007, Ortega ha llevado a cabo prácticas cada vez más autoritarias, exiliando o encarcelando a disidentes y rivales, anulando los límites a los mandatos presidenciales y haciéndose con el control de todos los poderes del Estado.
ld.santamaria52@gmail.com
El autor es periodista residente en Monte Plata, República Dominicana).
Comentarios sobre post