Por Felipe Lora Longo
El caso de Punta Catalina ha sido un foco de atención en la República Dominicana durante mucho tiempo. Las acusaciones de corrupción, sobrevaluación y malversación de fondos han sacudido los cimientos de nuestra sociedad. Pero en el centro de este torbellino, una figura ha emergido como el blanco principal de las críticas y la indignación pública: Lisandro Macarrulla.
Macarrulla, una figura clave en la administración actual, ha sido acusado de ser uno de los principales beneficiarios de los manejos turbios en torno a Punta Catalina. Aunque ha negado las acusaciones, la sombra de la sospecha sigue cerniéndose sobre él.
Ante la creciente presión y las voces que exigen justicia y transparencia, Macarrulla tiene una elección que hacer. Puede elegir enfrentar estas acusaciones de frente, o puede intentar desacreditar a aquellos que se atreven a hablar en su contra.
Enrique de León ha sido una de esas voces. Como líder de una organización socioambiental, de León ha sido un crítico abierto de Macarrulla y del escándalo de Punta Catalina. Y por ello, ha sido objeto de intimidación y amenazas.
Pero Macarrulla debe entender que no solo está enfrentando a de León. Está enfrentando a todo un país que está cansado de la corrupción y de los negocios turbios que han plagado nuestra política y nuestra economía durante demasiado tiempo.
Si Macarrulla decide tomar medidas legales contra de León, no solo estará demandando a un individuo. Estará demandando a todos los dominicanos que se han atrevido a hablar, a protestar, a exigir justicia. Estará demandando a todos los que creemos que un país más transparente y justo es posible.
Macarrulla tendrá que demandarnos a todos. Tendrá que demandar a esos periodistas que han investigado el caso y han sacado a la luz la verdad. Tendrá que demandar a esos activistas que han protestado en las calles y han exigido justicia. Tendrá que demandar a esos ciudadanos comunes que han alzado su voz y han dicho «basta».
Punta Catalina no es solo sobre Macarrulla, de León, o cualquier otra figura individual. Es sobre todos nosotros. Es sobre nuestra lucha colectiva por la verdad, la justicia y un futuro mejor para la República Dominicana.
Si Macarrulla desea intimidarnos con demandas, que lo haga. Porque no estará demandando a un individuo, estará demandando a una nación. Y juntos, somos más fuertes que cualquier intimidación, cualquier amenaza o cualquier intento de silenciar nuestras voces.
Porque juntos, estábamos, estamos y estaremos luchando por algo más grande que nuestros intereses personales. Nosotros estamos luchando por nuestro país y por el futuro de todos los dominicanos.
felipe@lora.org
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