A Pleno Sol
Es imposible determinar hasta donde llegará la lucha contra la corrupción en la República Dominicana. Siempre los estamentos judiciales han sido frágiles, sin interdependencia, y se mueven de acuerdo a los intereses del litoral político.
Con una procuraduría general independiente muchos tienen la esperanza de que se persiga a fondo la corrupción. Es un viejo anhelo de los dominicanos para adecentar la vida social y política.
Pero la existencia de una procuraduría independiente no puede estar sustentada en un concepto personal. De hecho, la Procuraduría es una dependencia del Poder Ejecutivo, y su jefa es nombrada por el presidente de la república.,
Se debe aprovechar este momento para introducir al Congreso un proyecto de ley mediante el cual se le dé independencia total a la Procuraduría y que sus cuadros directivos sean nombrados por el Consejo de la Magistratura.
En otra instancia podría ser que el procurador sea designado mediante ternas que se sometan al Congreso Nacional, o al Senado. De esa forma el procurador sería totalmente independiente, y no correría el riesgo de ser cancelado o forzado a la renuncia.
Quizás cambie la historia dominicana de persecución contra la corrupción, pero siempre en este aspecto la última palabra la ha llevado la acción político-partidista y las conveniencias del momento.
Con la tregua de los cien días en la alfombra, todavía es difícil determinar hasta donde lo político jugará un papel de importancia en la persecución contra la corrupción. Lo que no debe darse son las retaliaciones o los actos de venganza.
El pueblo dominicano reclama que todo el que cometió indelicadezas en la vida pública sea sometido a la justicia y pague por el delito cometido. Pero el devenir de los acontecimientos sociales puede dar treguas y pausas a la lucha contra la corrupción.
En la calle se piden cabezas, pero la justicia trabaja con lentitud. La necesidad de una concertación para hacer frente a los problemas nacionales, podría parar el accionar férreo de someter a la justicia a culpables de la comisión de actos de corrupción. Esperemos. ¡Ay!, se me acabó la tinta.
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