Solemos, constantemente, echarle la culpa de todos los males, habidos y por haber, a «cierto grupo de individuos» de los que uno «se imagina» están…allá, pero ¿dónde queda ese «allá»?.
Por lo general nos referimos a los que ostentan el poder en el momento en que «proferimos tales desconsuelos».
Si, siempre soñamos en que hay unas manos poderosas que nos manipulan como marionetas. Individuos superiores e insaciables que «se la pasan» elaborando toda clase de «triquiñuelas» para jodernos…
Yo muchas veces me pregunto, pero ¿si nos joden, no se estarán jodiendo ellos también?. En la actualidad mundial, el tema del virus y su consecuente pandemia ha generalizado la histeria generando otra pandemia en la que la locura se multiplica exponencialmente.
Se especula de todo; hay un plan, nos quieren controlar a todos, nos están inyectando un chip, dentro de cinco años los vacunados empezaran a «gotear» como mangos maduros, etc. Etc. Etc.
El «imagerismo» humano se ha disparado a dimensiones inimaginables. Cualquiera de repente te sale con un disparate y lo peor es «lo serio que lo dice».
Te llaman a las tres de la madrugada para enterarte de la última trama del «pamtentado» (atentado mayor en mis inventos, no piensen que yo me libro de la locura) ¡se mató el doctor que denunció el genocidio! ¡tomate «juyendo» cloruro de sodio pa que mate el efecto mortal de la vacuna!.
Y así cuando amaneces trasnochao, de los locos sesentones asustao porque ven venir, irremediablemente, la parca próximamente, comienzan, tipo 6 de la mañana, los mensajitos alentadores en donde «Dios» nos «garantiza» un día maravilloso.
De todas formas, las tramas que nos ocupan están «premeditadas» por «ellos» un grupo de individuos inmensamente ricos quienes, no «jallan» (palabra ésta muy dominicana; hallan o encuentran), que más hacer para ganar más dinero…
Yo particularmente no entiendo ¿qué más es lo que quieren si tienen tanto?. No me «encaja» esa teoría de la conspiración ni de la eliminación de un 50 a 80% de la población humana. Bueno, debo admitir que tanta histeria me ha afectado en algo…un 20% por lo menos.
Así vamos esquematizando ese sentido de «conspiración» que, sin darnos cuenta, ya lo traíamos aferrado desde hace «añales», o pañales, como también se dice. La trama conspirativa es muy de nosotros y la aplicamos hasta dentro de nuestras casas.
Alguien me quiere joder en esta casa, pero lo voy a descubrir. Alguien le está hablando mal de mi a mi jefe en el trabajo, las cosas no me están saliendo bien…alguien me está haciendo brujería.
Arrastramos las malas energías porque las atraemos ininterrumpidamente. Especulamos con una facilidad digna de una novela surrealista. ¡vivimos en un surrealismo absurdo dejando escapar el vivir lo real!.
De que esta pandemia nos ha enseñado lo frágil, lo breve y estúpido que somos, de eso no tengo dudas. Si «en verdad ellos», que todavía no se quiénes son…, quisieran matar a todos con una vacuna, pues ya se jodieron la mayoría porque escuché que de 7 mil millones de habitantes ya se han vacunado más de 4.
¡ellos! Conspiran constantemente para que usted maneje el tiesto de carro que tiene, para que no coma bien, para que viva en una casa que no es la suya, en un barrio lleno de tigueres y de calles sin asfalto.
No solo son políticos ladrones o generales corruptos. También hay abogados, jueces, secretarias, adolescentes. Ejecutivos prestigiosos y no tanto. Banqueros, choferes, rasos y hasta limpiabotas.
Los conspiradores, es decir «ellos», están en todas partes, ¡sí! ¡Adivinó!. Como el virus, no solo es su hermano o tío, sino también el vecino o la policía del barrio. Su novia y hasta el artista que pinta y escribe…
Aquí estamos de frente usted y yo, los conspiradores. No se haga más la pregunta ¿pero, quienes son ellos?. Ya usted lo sabe…somos nosotros, es decir, ¡todos!. ¡Salud! Mínimo Carnicero.
massmaximo@hotmail.com
(El autor es artista plástico dominicano residente en West Palm Beach).
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