Los peregrinos de El Seibo, hartos de tanta crueldad, llegaron de nuevo a las cercanías del Palacio de Gobierno. Es la tercera vez que vienen a la capital a pie. Las dos veces anteriores fueron engañados. A pulmón lleno corearon: «O nos dan las tierras o nos quedamos aquí».
Reclaman que el Gobierno cumpla ¡ya! la promesa de entregarles sus tierras, de la que fueron injustamente expulsados en el año 2018.
El padre Miguel Ángel Grullón, que siempre los acompaña junto al pastor Silvio Molina, declaró que “las familias campesinas de la Asociación «Mamá Tingó» sufren en el paraje “La Culebra”, Vicentillo, las consecuencias del despojo de sus tierras y sus viviendas de unos terrenos que Joaquín Balaguer declaró de utilidad pública en 1975, mediante el decreto 486”.
Pedro Guillermo Barona, terrateniente de origen cubano, encabeza las crueles represalias desatadas desde hace varios años, en complicidad con José Antonio Polanco, abogado del Estado en el este, y con el apoyo de ganaderos y autoridades políticas de Hato Mayor.
El 25 de marzo del 2019, los campesinos sufrieron una de las más crueles agresiones: Barona le habría entregado su arma para asesinar a un niño de 12 años. Desde entonces, varios activistas de esas luchas han sufrido encarcelamientos, persecuciones y torturas. Recientemente le tocó el turno al activista campesino conocido como “El Coronel”, quien fue secuestrado y torturado.
Los proyectos de asentamientos -acordados para reparar parcialmente los graves daños ocasionados- han sido obstruidos. Los gobiernos de turno han prometido esas y otras tierras, pero luego se retractan, alegando el “respeto a la propiedad privada” sobre áreas cultivables pertenecientes a campesinos/as que las trabajan.
La tierra es un bien social, un derecho colectivo, fundamental para ejercer el derecho a trabajar, poder producir y vivir dignamente en el campo. Los latifundios privados carecen de legitimidad e incluso de legalidad.
La mayoría son predios comuneros o del Estado, usurpados por particulares influyentes; o terrenos del CEA y de las leyes agrarias no aplicadas, que debieron ser traspasados a familias campesinas sin tierra.
Es justa su indignación. Los/as peregrinos/as de El Seibo son ejemplo de dignidad y valor frente a tanta crueldad. Tendría graves consecuencias que los engañen nueva vez.
Vale insistir, además, que hay que recuperar a lo largo y ancho del país toda la propiedad social usurpada por latifundistas (tipo Barona) y por generales y políticos corruptos apoyados por mandatarios insensibles (tipo Abinader). ¡Hay que recuperarlas para hacer una reforma agraria de verdad!
@narcisoisaconde
(El autor es dirigente político residente en Santo Domingo, República Dominicana).